La fuerza de la selva
En lo profundo de la selva vivían Azlan, el león valiente y sabio; Zafira, la cebra veloz y amigable; Kali, la tigresa astuta y orgullosa; Grizzly, el oso fuerte pero de buen corazón; Chispeante, el mono travieso y divertido; y Pelusín, la coneja tierna y curiosa.
Todos ellos compartían un profundo respeto por la naturaleza que los rodeaba. Una mañana soleada, Azlan convocó a todos los animales en un claro del bosque para hablarles sobre una importante lección de vida.
"-Amigos míos -comenzó Azlan con voz grave-, hoy quiero contarles una historia que nos enseñará una gran verdad. En nuestra selva hay espacio para todos, sin importar nuestras diferencias. "Zafira levantó su cabeza con interés, mientras Kali observaba con atención desde su lugar.
Grizzly asintió con solemnidad, Chispeante brincaba emocionado de rama en rama y Pelusín escuchaba atentamente. "-Hace mucho tiempo, en esta misma selva, había desconfianza y rivalidades entre nosotros.
Los leones temían a las cebras por ser rápidas como el viento. Las cebras desconfiaban de las tigresas por su ferocidad. Los osos se mantenían alejados de los monos por sus travesuras incontrolables", continuó Azlan.
Los animales se miraron entre sí reflexivamente mientras escuchaban atentamente la historia del león sabio. "-Un día, una terrible sequía azotó nuestra selva. Los ríos se secaron, los frutos desaparecieron y el hambre amenazaba con devastarnos a todos", relató Azlan con seriedad. Zafira estremeció al imaginar esa situación tan angustiante.
Kali bajó su mirada recordando tiempos difíciles pasados. "-Fue entonces cuando comprendimos que solo trabajando juntos podríamos sobrevivir", enfatizó Azlan. "-Los leones cazaban junto a las cebras para protegerlas de otros depredadores.
Las tigresas compartían sus presas con los osos. Los monos ayudaban a recolectar frutas para todos". Grizzly sonrió al recordar cómo cada uno había puesto su granito de arena en medio del caos que representaba aquella sequía implacable.
"-Y así logramos superar juntos aquel momento oscuro", concluyó Azlan con orgullo en su voz. Los animales se miraron unos a otros con gratitud y complicidad tras haber entendido la valiosa enseñanza del león sabio: solo unidos podían enfrentar cualquier adversidad que se presentara en sus vidas.
Desde ese día, en adelante, Azlan lideraría al grupo hacia un futuro mejor donde reinara la solidaridad y el respeto mutuo entre ellos.
Y así floreció nuevamente la armonía en la selva gracias a la importante lección aprendida: juntos eran más fuertes e invencibles cuando actuaban como un verdadero equipo donde cada uno tenía un rol esencial que cumplir para el bienestar común. Y colorín colorado este cuento ha terminado dejando una moraleja clara: "La unidad hace la fuerza".
FIN.