La fuerza de la unión



Había una vez en un lejano valle, un grupo de colores muy especiales que vivían juntos formando un arcoiris en el cielo. Cada color tenía su personalidad única y se llevaban muy bien entre ellos.

El rojo era apasionado y valiente, el naranja alegre y sociable, el amarillo optimista y creativo, el verde tranquilo y comprensivo, el azul leal y confiable, y el violeta misterioso e inteligente.

Un día, algo extraño comenzó a suceder: los colores del arcoiris empezaron a desvanecerse. Primero fue el rojo, que perdió su brillo característico. "¡Oh no! ¿Qué me está pasando?", exclamó preocupado. Los demás colores intentaron ayudarlo sin éxito.

Poco a poco, los otros colores también fueron perdiendo su intensidad hasta que quedaron completamente opacos. "¡Esto es terrible! ¡Ya no somos un arcoiris hermoso!", lamentaba el amarillo con tristeza. Los colores estaban desconcertados y entristecidos por lo que les estaba ocurriendo.

Decidieron ir a buscar al sabio del valle, una anciana tortuga llamada Doña Sabia. "Doña Sabia, por favor ayúdenos", suplicaron los colores al llegar a la cueva de la tortuga.

La anciana escuchó atentamente sus problemas y reflexionó unos instantes antes de hablar: "Queridos colores del arcoiris, lo que les está ocurriendo es porque han perdido la conexión entre ustedes. Deben recordar que cada uno tiene un papel importante en la vida del otro".

Los colores entendieron entonces que debían trabajar juntos para recuperar su brillo perdido. El rojo decidió dar un paso al frente: "Yo represento la pasión y la fuerza. Si nos mantenemos unidos con determinación, podremos superar cualquier obstáculo". El naranja agregó: "Y yo traigo alegría y energía.

Juntos podemos iluminar incluso los días más grises". Así cada color fue recordando su valor único en el grupo y cómo contribuía al arcoiris en conjunto. Trabajaron codo a codo para fortalecer sus lazos de amistad y solidaridad.

Poco a poco, los colores comenzaron a brillar nuevamente con intensidad en el cielo. La gente del valle se maravillaba al ver cómo el arcoiris recuperaba toda su belleza gracias al trabajo en equipo de sus vibrantes tonos.

Finalmente comprendieron que solo manteniéndose unidos podían ser verdaderamente extraordinarios. Desde ese día en adelante, los colores del arcoiris permanecieron más fuertes que nunca, recordando siempre que juntos eran invencibles como espectáculo de luz en medio del cielo azul del valle.

FIN.

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