La fuga de Mateo



Había una vez, en un lejano pueblo de la tierra argentina, donde los esclavos vivían una vida miserable bajo el dominio de los españoles. Trabajaban sin descanso y no tenían ninguna esperanza de un futuro mejor.

Pero entre ellos había un niño llamado Mateo, que soñaba con cambiar su destino y el de todos sus compañeros. Mateo era inteligente y valiente, y siempre buscaba maneras de ayudar a los demás.

Un día, mientras trabajaba en el campo junto a su madre, escuchó a unos hombres hablar sobre la posibilidad de liberarse de los españoles. Mateo no pudo contener su emoción y decidió reunir a los esclavos para contarles la noticia.

"¡Amigos! ¡He escuchado algo maravilloso! Hay una oportunidad para liberarnos de nuestros opresores", exclamó Mateo emocionado. Los esclavos se miraron entre sí con incredulidad, pero poco a poco comenzaron a creer en las palabras del valiente niño.

Juntos decidieron planear su escape en secreto para evitar ser descubiertos por los españoles. Durante semanas, Mateo lideró al grupo en la preparación de su gran hazaña. Aprendieron a moverse sigilosamente por el pueblo y buscaron aliados entre las personas que simpatizaban con su causa.

Un día, mientras estaban trabajando en el campo bajo un sol abrasador, Mateo vio pasar cerca uno de esos aliados: Don Antonio, un hombre generoso que siempre había mostrado compasión hacia los esclavos. "Don Antonio", susurró Mateo acercándose sigilosamente al hombre.

"Hemos planeado una forma de liberarnos de los españoles. ¿Nos ayudarías?"Don Antonio sonrió y asintió con la cabeza. Juntos, idearon un plan para distraer a los guardias españoles mientras los esclavos se escapaban por la noche.

Llegó el día del escape y Mateo lideró a su grupo en un audaz movimiento. Mientras algunos esclavos se encargaban de distraer a los guardias, otros corrían hacia la libertad.

La oscuridad les brindó protección, pero no todo salió según lo planeado. Los españoles descubrieron el intento de fuga y comenzaron a perseguirlos. Los esclavos corrieron desesperadamente por el bosque, perseguidos por los españoles que gritaban furiosamente detrás de ellos.

Pero Mateo tenía una idea brillante: decidió dividir al grupo en diferentes direcciones para confundir a sus perseguidores. "¡Rápido! ¡Dividámonos! Nos reuniremos nuevamente en el río", exclamó Mateo mientras señalaba hacia un punto lejano.

Uno tras otro, los esclavos siguieron las instrucciones de Mateo y se dispersaron en todas las direcciones posibles. Pronto, todos estuvieron ocultos entre la vegetación del bosque. Mientras tanto, Mateo corrió sin descanso hasta llegar al río acordado. Esperó pacientemente hasta que uno a uno sus compañeros aparecieron frente a él.

"¡Lo logramos!", exclamó Mateo emocionado al verlos sanos y salvos. Con lágrimas en los ojos, los esclavos se abrazaron y celebraron su libertad.

A partir de ese día, Mateo se convirtió en un verdadero líder para su pueblo y juntos construyeron una nueva vida llena de esperanza y oportunidades. Esta historia nos enseña que, a pesar de las dificultades, siempre hay esperanza y valentía dentro de cada uno de nosotros.

Y cuando nos unimos y luchamos por nuestros sueños, podemos cambiar nuestro destino y el mundo que nos rodea.

FIN.

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