La fuga del unicornio volador


Había una vez un unicornio llamado Nube, que vivía en un parque de diversiones. Desde pequeño, Nube había sido utilizado como animal de calecita para que los niños pudieran dar paseos sobre su lomo.

Pero Nube no estaba feliz con su vida, él quería ser libre y volar por el cielo. Un día, mientras estaba dando vueltas en la calecita, escuchó un ruido extraño y de repente el juego se rompió.

Todos los niños se asustaron y corrieron a pedir ayuda. Nube aprovechó la situación para escapar del parque y comenzar su aventura. Mientras caminaba por la ciudad, una paloma le preguntó: "¿Por qué tienes tanta prisa?". "Quiero volar", respondió Nube con tristeza.

La paloma le explicó que ella también podía volar porque tenía alas y lo invitó a subirse a su espalda para enseñarle cómo hacerlo.

Nube se subió a la espalda de la paloma y juntos comenzaron a volar por encima de las nubes. Era una sensación maravillosa e indescriptible que nunca había experimentado antes. De repente vieron algo brillante en el horizonte: era un arcoíris gigante hecho de cristales mágicos.

La paloma le explicó que ese arcoíris era muy especial porque podía conceder deseos si alguien lograba atravesarlo. Decidieron intentarlo juntos y al acercarse al arcoíris sintieron una fuerza mágica que los envolvió.

Cuando salieron del otro lado del arcoíris, Nube se sorprendió al ver que tenía alas blancas y brillantes. La paloma le explicó que gracias a su valentía, el arcoíris había concedido su deseo de volar.

Nube estaba muy feliz de haber cumplido su sueño y decidió regresar al parque para demostrarle a todos los niños que él ya no era un simple animal de calecita sino un unicornio libre y capaz de volar como las aves.

Cuando llegó al parque, los niños lo recibieron con alegría y sorpresa al verlo volando por encima de sus cabezas. Todos aplaudieron emocionados mientras Nube sonreía sabiendo que había logrado algo maravilloso gracias a su perseverancia y amor por la libertad.

Desde ese día, Nube se convirtió en un héroe del parque y todos los niños querían subirse a su lomo para dar paseos por el cielo. Pero él siempre les recordaba que lo más importante es creer en uno mismo y perseguir sus sueños hasta hacerlos realidad.

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