La gallina que descubrió su magia



En una granja colorida y bulliciosa, vivía una gallina llamada Clara. Clara era conocida por su plumaje brillante y su simpatía, pero había un pequeño problema: ¡no ponía huevos! Los demás animales la miraban con curiosidad y un poco de preocupación.

"Clara, ¿por qué no pones huevos como todas nosotras?" - le preguntó una gallina de plumas doradas llamada Lulú.

"No lo sé, Lulú. He intentado de todo... pero nada funciona. Quizás no tengo lo que se necesita para ser una buena gallina" - respondió Clara, un poco desanimada.

Los días pasaban, y Clara observaba cómo las otras gallinas producían huevos, que luego eran vendidos en el mercado por el granjero Don Miguel. Un día, decidió ir a hablar con el sabio gato de la granja, llamado Don Gato.

"Don Gato, creo que algo está mal conmigo. No puedo poner huevos y no sé por qué" - suspiró Clara.

"Querida Clara, a veces la magia está dentro de uno mismo. Tienes que creer que puedes hacerlo. Despierta esa chispa que llevas dentro" - le aconsejó Don Gato, rascándose la oreja.

Clara se sintió un poco mejor tras la conversación con Don Gato. Empezó a explorar su entorno y a hacer cosas que nunca había intentado. Un día, se puso a cantar a pleno pulmón.

"¿Qué estás haciendo, Clara?" - preguntó el pato Pato.

"¡Intento encontrar mi voz! Escuché que hace falta confianza para poner huevos" - dijo Clara con una gran sonrisa.

Los días se convirtieron en semanas, y aunque Clara no ponía huevos, se sentía más feliz. Estaba descubriendo lo mucho que podía hacer y su valentía fue creciendo. Un día, cuando estaba sentada bajo su árbol favorito, tuvo una idea brillante: tal vez no era solo cuestión de poner huevos, sino de reunir a todos los animales de la granja y hacer algo especial juntos.

Así que Clara organizó una gran fiesta. Invitó a todos los animales, desde las vacas hasta los chanchos, y les dijo:

"Hoy celebraremos nuestra amistad y todos los talentos que tenemos. ¡No solo haremos un riquísimo pastel, sino que juntos descubriremos la diversión de estar unidos!"

Los animales se pusieron a trabajar: las cabras traían hierba fresca, las vacas proporcionaban leche, y las gallinas comenzaron a poner un montón de huevos. ¿Pero qué fue lo que pasó? ¡Clara, sin saberlo, también puso un montón de huevos!"¡Miren! ¡Clara está poniendo huevos!" - gritó entusiasmado el cerdo Ramón.

Todos quedaron asombrados. Clara había dejado de lado sus dudas y, al sentirse apoyada y querida, había encontrado su magia interior. Al caer la noche, un gran banquete se llevó a cabo en el gallinero. La fiesta fue un gran éxito, y todos los animales disfrutaron de los deliciosos platillos.

"Clara, fuiste increíble. Hiciste que todos participaran y al final, ¡pudiste poner miles de huevos!" - dijo Lulú emocionada.

"No sólo yo, nuestra amistad fue la clave. Juntos, todos descubrimos nuestro potencial" - respondió Clara, sonriendo felizmente.

Desde entonces, Clara no solo puso muchos huevos, sino que se convirtió en una gallina fuerte, creativa y querida por todos en la granja. Y así, aprendieron que la verdadera magia no solo está en lo que hacemos, sino en quiénes somos y en la compañía que elegimos tener a nuestro lado.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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