La gallina y los pollitos perdidos



Había una vez una gallina llamada Carmela, que vivía en un granero con sus tres adorables pollitos: Pepito, Anita y Pablito. Un día, mientras paseaban por el campo en busca de alimento, encontraron a dos pollitos perdidos que habían caído de un camión. Carmela los miró con ternura y decidió que serían bienvenidos en su familia. Los pollitos perdidos, a quienes llamaron Rosita y Pancho, se alegraron al encontrar un nuevo hogar.

Desde ese día, la granja se llenó de risas y travesuras. Los cinco pollitos jugaban juntos, exploraban el campo y ayudaban en la búsqueda de granos y gusanos. Sin embargo, un día, una fuerte tormenta azotó la granja y Rosita y Pancho se perdieron. Carmela, Pepito, Anita y Pablito buscaron incansablemente, pero no lograban encontrar a sus amigos.

Después de muchas horas de búsqueda, divisaron a lo lejos una figura indefensa luchando contra el viento y la lluvia. Era Rosita, empapada y temblando de frío. Los pollitos la ayudaron a regresar al granero, donde la cuidaron y la reconfortaron. Poco después, divisaron a Pancho refugiado bajo un árbol, asustado pero a salvo. Juntos volvieron a la calidez del granero, donde compartieron historias de sus aventuras y se dieron cuenta de lo importante que era estar juntos.

A partir de ese momento, la familia de Carmela se fortaleció, aprendiendo la importancia de la solidaridad, el compañerismo y el apoyo mutuo. Los cinco pollitos vivieron felices, unidos por la valiosa lección de siempre estar allí unos para otros, pase lo que pase.

FIN.

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