La Gallinita Valiente



Había una vez una gallinita feliz llamada Cuca que vivía en una granja con sus amigos: el caballo llamado Rocco, la vaca llamada Lila, la oveja llamada Nena y el cerdo llamado Pipo. Cada día, Cuca picoteaba el suelo en busca de comida, mientras soñaba con aventuras lejos de la granja.

Un día, mientras exploraba una esquina del corral, Cuca escuchó un ruidito extraño.

"¿Qué será eso?", se preguntó curiosa.

Decidió seguir el sonido y llegó a un arbusto donde encontró a un pequeño gatito atrapado.

"¡Ayuda!", maulló el gatito con voz temblorosa.

Cuca se acercó y sintió un nudo en su corazoncito. Tenía miedo de que su amigo el perro de la granja, Tor, pudiera asustarlo, pero no podía dejarlo ahí.

"¡No te preocupes, yo te ayudaré!", dijo Cuca, llena de valor.

Llamó a Rocco, Lila, Nena y Pipo para que vinieran.

"¡Chicos, hay un gatito en problemas!", exclamó Cuca.

Todos se acercaron rápidamente.

"¿Qué hacemos?", preguntó Lila, con su tono suave.

"Debemos empujar el arbusto", sugirió Rocco, flexionando sus músculos.

Así que juntos, empujaron el arbusto hasta que el gatito logró salir.

"¡Hurra! ¡Gracias, amigos!", dijo el pequeño felino, frotándose contra Cuca.

"¿Cómo te llamas?", le preguntó Nena.

"Soy Gato", respondió el gatito, sonriendo.

Todos se hicieron amigos rápidamente, pero había un problema. Gato no sabía cómo volver a casa. Cuca se sintió un poco triste, ya que quería ayudar a su nuevo amigo a encontrar su hogar.

"¡Vamos a buscar tu casa!", sugirió Pipo con entusiasmo.

Así que el grupo se dispuso a buscar. Caminaron por la granja, preguntando a todos los animales si conocían a Gato.

"¿Has visto a un gatito?", preguntó Lila a las gallinas.

Pero nadie tenía pistas. A medida que caía el sol, Cuca sintió un poco de miedo.

"¿Y si no encontramos su casa?", dijo Cuca con voz temblorosa.

Rocco la miró con determinación.

"No te preocupes, Cuca. ¡Lo vamos a lograr!".

Finalmente, decidieron ir al campo cercano, donde había muchas flores y un hermoso arroyo. Justo cuando pensaban que todo estaba perdido, Gato olfateó el aire y sus ojos se iluminaron.

"¡Huele a mi casa!", exclamó Gato, corriendo en dirección al olor.

"¡Vamos!", gritó Cuca, siguiendo a su amigo con el corazón latiendo de emoción.

Tras un corto recorrido, llegaron a una linda casita de madera. Al parecer, Gato había encontrado su hogar.

La dueña de la casa, una niña dulce llamada Sofía, salió al escuchar los maullidos de Gato.

"¡Gato! ¡Te estaba buscando!", exclamó Sofía, abrazando al pequeño felino con alegría.

"¡Lo logramos, amigos!", gritó Cuca, llena de felicidad.

Sofía, al ver a Cuca y sus amigos, agradeció a todos por ayudar a Gato a regresar.

"Eres valiente, Cuca", dijo Sofía.

Esa noche, Cuca volvió a su granja más feliz que nunca. Aunque había tenido miedo, aprendió que incluso los momentos difíciles pueden resolverse con la ayuda de los amigos. Y así, todos en la granja celebraron su nueva amistad con Gato, quien prometió visitarlos siempre.

Desde aquel día, Cuca se volvió la gallinita más valiente de la granja. Y siempre, sin importar cuán difícil se presentara un desafío, nunca dudaba en ayudar a un amigo en apuros.

FIN.

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