La Garza Costurera



En un hermoso lago, lleno de juncos y flores, vivía una garza llamada Greta. Greta siempre había tenido un sueño especial: quería ser costurera. Desde que era muy pequeña, cada vez que veía a las aves del bosque llevar atuendos coloridos, su corazón se llenaba de alegría y su mente de ideas creativas.

"Algún día, yo también llevaré mis propias creaciones!" - exclamaba emocionada mientras recogía retazos de telas que encontraba en el camino.

A medida que pasaban los años, Greta se dedicó a juntar todo tipo de elementos que pudiera necesitar: hilos de colores, agujas brillantes, tijeras pequeñas y un enorme baúl donde guardaba sus sueños. Por las noches, se sentaba bajo la luz de la luna con sus materiales y pasaba horas intentando coser.

- “Quizá no sea tan fácil, pero no me rendiré” - se decía a sí misma, con determinación.

A pesar de su dedicación, Greta se daba cuenta de que no todo el mundo creía que podía lograr su sueño. Las otras aves del lago le decían:

- “¡Es ridículo, Greta! ¿Una garza costurera? Eso no tiene sentido.”

Greta no se dejó desanimar. En lugar de eso, decidió participar en un campeonato de costura que se llevaría a cabo en el bosque de atrás. Era una gran oportunidad para mostrar sus habilidades y demostrar que no importaba de dónde venías, lo que importaba era el esfuerzo y el amor que ponías en lo que hacías.

Los días previos al campeonato, Greta se dedicó a practicar intensamente. Cosiendo aquí y allá, logró crear una hermosa capa hecha de hojas de árboles y flores brillantes. Con cada puntada, sentía que su sueño se hacía un poquito más real.

Cuando llegó el día del campeonato, el lugar estaba lleno de aves de todo tipo: aves cantoras, aves pintorescas y aves espectaculares.

- '¡Miren esa garza! No tiene chance de ganar!' - decían algunas.

Sin desanimarse, Greta se acercó al escenario. Al presentar su capa, las otras aves quedaron impresionadas.

- “¡Qué hermosa! No puedo creer que haya hecho eso sola” - murmulló una pequeña golondrina.

La competencia fue reñida, con muchas aves talentosas mostrando sus creaciones. Sin embargo, Greta no se distrajo y siguió trabajando en su proyecto. En una inesperada vuelta de eventos, una brisa fuerte hizo volar la capa de una gran ave que estaba participando. Fue entonces cuando Greta, sin pensar, corrió y la atrapó justo a tiempo.

- “¡¿Por qué la ayudás? ! ¡No es de tu equipo! ” - le gritó un loro.

- “Porque ser costurera significa ayudar a los demás, no solo a mí misma.” - respondió Greta, con una sonrisa genuina.

Al final de la competencia, cuando el jurado se reunió a deliberar, Greta sintió que había ganado algo mucho más grande que un trofeo: el respeto de sus pares.

- “¡Y el campeón de este año es... Greta la Garza Costurera! ” - anunció el juez.

La multitud estalló en aplausos y susurros llenos de admiración. Ahora Greta, la garza costurera, no solo había ganado un campeonato, sino que también había demostrado a todos que los sueños pueden volar alto, sin importar las limitaciones que otros impongan.

Desde ese día, las otras aves comenzaron a buscar a Greta para aprender de ella y, juntos, crearon un taller de costura donde todo el mundo podía participar y expresar su creatividad. Greta se convirtió en una fuente de inspiración para todos, recordando a cada uno de ellos:

- “Nunca dejen que los demás les digan que no pueden. Los sueños se hacen realidad cuando luchás por ellos.”

FIN.

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