La gatita que aprendió a comprender el duelo



Había una vez una gatita llamada Mimosita que vivía feliz con su dueño, Tomás. Pasaban los días jugando juntos y disfrutando de largas siestas al sol.

Pero un día, Tomás se enfermó gravemente y, a pesar de los esfuerzos de los médicos, no pudo recuperarse. Mimosita no entendía por qué su dueño ya no estaba allí para acariciarla y jugar con ella. Pasaba los días triste y desorientada, sin comprender la ausencia de Tomás.

Sus amigos del vecindario, Panchito el perro y Marina la canaria, trataban de consolarla, pero Mimosita solo quería quedarse en su rincón. Un día, mientras vagaba por el jardín, encontró un diario de Tomás.

Lo leyó atentamente y descubrió que su dueño estaba muy enfermo y que lo amaba con todo su corazón. Poco a poco, Mimosita comenzó a comprender que Tomás ya no estaba por fuera, pero siempre estaría en su corazón.

Aprendió a recordarlo con cariño y agradecimiento, y a valorar los momentos felices que habían compartido. Con el tiempo, Mimosita volvió a disfrutar del sol, a jugar con Panchito y a escuchar el canto de Marina, sabiendo que Tomás estaría orgulloso de verla feliz.

La gatita había aprendido a comprender su duelo y a seguir adelante, llevando consigo el amor de su querido dueño.

FIN.

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