La gatita valiente

Había una vez un pequeño pueblo en el que los niños solían jugar juntos todos los días.

Uno de sus lugares favoritos para jugar era cerca del viejo pozo abandonado, pero la mayoría de ellos tenían miedo de acercarse demasiado. Los rumores decían que el pozo estaba embrujado y que si alguien se acercaba demasiado, sería arrastrado al fondo por un monstruo malvado.

Los niños no sabían si creer en esas historias o no, pero preferían jugar a salvo lejos del pozo. Un día, llegó un niño nuevo al pueblo llamado Tomás. Era valiente y aventurero, así que decidió explorar el viejo pozo abandonado.

Cuando se acercó al borde del pozo, escuchó algo extraño proveniente desde adentro. "¿Hola?"- preguntó Tomás. "¡Ayuda! ¡Estoy atrapada aquí abajo!"- gritó una voz temblorosa desde dentro del pozo. Tomás rápidamente corrió hacia su casa y contó lo que había escuchado a sus amigos Juan y Sofía.

Juntos idearon un plan para rescatar a quienquiera que estuviera atrapada en el fondo del pozo. Con cuerdas y poleas improvisadas, los tres amigos bajaron cuidadosamente hasta el fondo del pozo y encontraron a una pequeña gatita asustada allí abajo.

La habían oído maullar cuando se acercaban al borde del hoyo. Tomás tomó la gatita en brazos mientras Juan y Sofía lo ayudaban a subir con ella por las cuerdas hasta la superficie.

Una vez allí, la gatita se acurrucó en su regazo y comenzó a ronronear. "¡Eres un héroe, Tomás!"- exclamaron Juan y Sofía emocionados. "No lo habría logrado sin ustedes dos"- respondió Tomás sonriendo.

Los niños aprendieron que no todas las historias sobre el pozo abandonado eran verdaderas. También aprendieron que al trabajar juntos y ser valientes, podían hacer cosas increíbles como rescatar a una pequeña gatita. Desde entonces, el viejo pozo abandonado se convirtió en uno de sus lugares favoritos para jugar.

Y cada vez que alguien contaba una historia de terror sobre el pozo embrujado, los tres amigos recordaban con orgullo cómo habían salvado a la pequeña gatita juntos.