La generosidad de Jesús, Enzo y Javier



Era la época más maravillosa del año, la Navidad. Jesús, Enzo y Javier estaban llenos de emoción y alegría, ya que habían decidido convertirse en los ayudantes de Papá Noel.

Querían llevar felicidad a todos los niños del mundo y repartir regalos en cada rincón. Los tres amigos se encontraron en el colegio Nuestra Señora de Esquivel para planear su misión especial.

Angi, su maestra, estaba feliz de ver su entusiasmo y decidió ayudarlos en su noble tarea. "Chicos, me encanta que quieran ser los ayudantes de Papá Noel", dijo Angi sonriendo. "Vamos a idear un plan para repartir muchos regalos en todos los pueblos cercanos".

Jesús tomó la palabra con emoción: "Podemos hacer una lista con los juguetes que queremos regalar y luego pedir ayuda a nuestros padres para conseguirlos". Enzo asintió emocionado: "¡Y podemos disfrazarnos como elfos! Así nos pareceremos aún más a los verdaderos ayudantes de Papá Noel".

Javier levantó la mano con timidez: "¿Y si organizamos una colecta en nuestro colegio? Seguro muchos niños querrán donar sus juguetes usados para que otros puedan disfrutarlos".

Angi sonrió orgullosa por las ideas tan creativas e inclusivas de sus alumnos: "¡Excelente idea, Javier! Podemos hacer carteles y explicarle a todos cómo pueden colaborar". Así fue como comenzaron a trabajar juntos. Los tres amigos crearon coloridos carteles y los pegaron en las paredes del colegio.

Explicaban que estaban recolectando juguetes para regalar a niños que no tenían la misma suerte de tener tantos como ellos. La respuesta fue abrumadora. Los estudiantes se acercaron con sus padres, llevando cajas llenas de juguetes que ya no usaban.

La sala de clases se convirtió en un verdadero depósito de felicidad y generosidad. Jesús, Enzo y Javier se aseguraron de revisar cada juguete donado, limpiándolos y arreglándolos si era necesario. Querían asegurarse de que todos los regalos estuvieran en perfecto estado antes de entregarlos.

Llegó el día tan esperado: la noche previa a Navidad. Jesús, Enzo y Javier se disfrazaron como elfos con gorros puntiagudos y camisas verdes brillantes.

Cargaron una enorme bolsa llena de regalos sobre sus espaldas y comenzaron su recorrido por los pueblos cercanos. En cada parada, dejaban un regalo cuidadosamente envuelto en la puerta principal de las casas. Aunque eran invisibles para los ojos curiosos, sabían que estaban llenando esos hogares con alegría e ilusión.

"¡Es increíble!", exclamó Jesús emocionado mientras entregaba otro paquete sorpresa. "Estamos haciendo felices a muchos niños". "Sí", respondió Enzo con una sonrisa radiante. "Hemos aprendido lo importante que es compartir y ayudar a quienes más lo necesitan".

Después de horas repartiendo regalos, los tres amigos regresaron al colegio. Estaban cansados pero llenos de satisfacción por su misión cumplida. Al día siguiente, en el colegio, Angi les dio una sorpresa.

Había preparado una fiesta para celebrar el éxito de su labor solidaria. Todos los niños compartieron risas y alegría mientras disfrutaban de deliciosos dulces navideños. Esa Navidad fue inolvidable para Jesús, Enzo y Javier.

Aprendieron que la verdadera magia de la Navidad no está en recibir regalos, sino en dar amor y alegría a quienes más lo necesitan. Desde entonces, cada año se convirtieron en los ayudantes de Papá Noel, llevando felicidad a todos los rincones posibles.

Su espíritu generoso y solidario inspiró a otros niños a unirse a su noble causa. Y así, gracias a la valentía y generosidad de estos tres amigos, el mundo se llenó de sonrisas durante las Navidades venideras.

FIN.

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