La generosidad de Raquel


Raquel era la vicedirectora de la Escuela Primaria Flores del Sur. Siempre estaba sonriendo y dispuesta a ayudar a los demás. Todos los docentes la adoraban, ya que era muy simpática y siempre buscaba la manera de hacerles más fácil el día a día.

Un día, Raquel se enteró de algo increíble: ¡había ganado la lotería! Al principio, no podía creerlo, pero cuando comprobó los números una y otra vez, se dio cuenta de que era verdad. Raquel se puso tan feliz que no podía contener su emoción.

Inmediatamente, tuvo una idea maravillosa. Decidió que compartiría parte de su premio con los docentes de la escuela. Quería hacer algo bueno por todas las personas que la habían apoyado a lo largo de los años. Así que, convocó a una reunión con todos los docentes en el salón de profesores.

- Buenos días, queridos colegas –dijo Raquel con una sonrisa enorme en su rostro. – Tengo algo muy importante que compartir con todos ustedes. Como saben, recientemente gané la lotería, y he decidido compartir parte de mi premio con cada uno de ustedes.

Los docentes se miraron unos a otros, sorprendidos y emocionados al mismo tiempo.

- No podemos aceptar tu dinero, Raquel. ¡Es demasiado! –exclamó la maestra Carmen.

- Claro que sí, Raquel. Ese dinero es tuyo, y no deberías darlo todo –agregó el profesor Juan.

- No estoy pidiendo su aprobación, sino compartiendo mi alegría con ustedes. Quiero que lo tomen como un regalo de agradecimiento por todo su arduo trabajo y dedicación a nuestros queridos estudiantes –respondió Raquel con calma.

Los docentes agradecieron a Raquel con abrazos y palabras de cariño. Todos se sentían muy conmovidos por el gesto generoso de su vicedirectora.

Raquel había preparado sobres con una suma de dinero para cada uno de los docentes. Cuando llegó el momento de entregarlos, el ambiente se llenó de gratitud y alegría. Los docentes sintieron una enorme felicidad al recibir el regalo inesperado.

- Gracias, Raquel. Esto significa mucho para nosotros –dijo la maestra Laura con lágrimas en los ojos.

- Gracias, gracias, gracias –repetían los docentes, abrazando a Raquel y expresando su agradecimiento.

A partir de ese día, el ambiente en la escuela se volvió aún más cálido y unido. Los docentes trabajaban con renovada energía y entusiasmo, sabiendo que tenían una directora tan generosa y amorosa.

Raquel demostró que la generosidad y el amor hacia los demás pueden hacer la diferencia en la vida de las personas. Su gesto inspirador recordó a todos que compartir la felicidad y la fortuna con los demás es uno de los actos más nobles que alguien puede hacer.

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