La Golondrina que Buscó su Hogar



En un cálido día de primavera, una pequeña golondrina llamada Lila se preparaba para su vuelo hacia el sur junto a sus amigos. Tan emocionada estaba, que al elevarse en el aire, no se dio cuenta de que se había desviado del grupo. Cuando miró a su alrededor, sus amigos habían desaparecido.

"¿Dónde están todos?" - se preguntó Lila, sintiéndose un poco asustada.

Volar sola era diferente, y al no ver a sus amigos, comenzó a perder la confianza. Intentó volar hacia la dirección en la que creía que estaban, pero todo se veía igual: un cielo azul sin rastro de sus compañeros.

Lila decidió posarse en una rama de un árbol frondoso para pensar. Mientras descansaba, conoció a un globo que pasaba volando.

"¿Estás perdida?" - preguntó el globo, agitando suavemente su hilo.

"Sí, he perdido a mis amigos y no sé cómo encontrarlos" - respondió Lila con un suspiro.

"A veces, el rumbo se encuentra siguiendo lo que uno busca con el corazón", le aconsejó el globo con una sonrisa.

Animada por sus palabras, Lila decidió seguir su instinto y volar hacia un campo donde algunos de sus amigos habían mencionado que solían parar a comer. Al llegar al campo, Lila se dio cuenta de que era un lugar hermoso, lleno de flores coloridas y mariposas volando, pero sus amigos no estaban allí.

Desanimada, Lila se sentó en otra rama, esta vez de un roble grande. Un viejo búho, que parecía sabio y conocedor de la vida, la observaba.

"¿Qué te preocupa, pequeña golondrina?" - le preguntó el búho.

"He perdido a mis amigos y quiero volver a encontrarlos, pero no sé cómo" - respondió Lila, con lágrimas en los ojos.

"Tu hogar no es solo un lugar, sino un sentimiento. Y ese sentimiento se encuentra con quienes amas. ¿No crees que es mejor buscar a tus amigos en lugar de un lugar?" - dijo el búho.

Lila pensó en las palabras del búho.

"Tal vez si me acuerdo de los lugares donde solíamos ir, podría encontrar el camino de regreso a ellos" - pensó.

Así que decidió seguir cada recuerdo. Recordó el arroyo donde solían beber agua, y voló hacia allí. Cuando llegó, no encontró a sus amigos, pero sí a un grupo de hermosas aves cantando.

"¿Alguno de ustedes han visto a mis amigos?" - preguntó Lila.

"No, pero el viento nos dice que han volado hacia la montaña. ¡Ve! Quizás allí encuentres lo que buscas!" - le dijeron las aves.

Con una nueva meta, Lila regresó a volar. Al llegar a la montaña, vio a muchas aves que a menudo jugaban con ella. Brincando de emoción, Lila voló más rápido. Pero al acercarse, se dio cuenta de que no eran sus amigos, sino unas aves desconocidas. Sin embargo, no se desanimó.

"Hola, aves. Estoy buscando a mis amigos, y el viento me dijo que podrían estar aquí" - exclamó Lila.

Las aves la miraron con curiosidad.

"¿Quiénes son tus amigos?" - preguntaron.

"Son pequeñas golondrinas como yo, siempre ríen y vuelan juntas" - explicó Lila.

"¡Hemos visto muchas golondrinas, pero no a las tuyas! Pero si quieres, podrías quedarte con nosotros un rato" - le ofrecieron las aves.

Aunque Lila estaba tentada, recordó que su hogar no era solo un lugar, sino con quienes compartía su amor.

Así que volvió a elevarse hacia el cielo, ahora más decidida. Mientras exploraba, de repente escuchó voces familiares.

"¡Lila! ¡Estamos aquí!" - gritaban sus amigos desde un nido en un árbol cercano.

Lila sintió que el corazón le estallaba de alegría y voló hacia ellos con todas sus fuerzas.

"¡Los encontré!" - exclamó mientras aterrizaba junto a sus amigos.

Las golondrinas se abrazaron en un río de risas, y Lila se dio cuenta de que el verdadero hogar era donde estaban sus amigos, juntos en cada aventura.

Desde entonces, Lila nunca olvidó lo que el búho y el globo le enseñaron: el hogar no es solo un lugar; está en el calor de las risas compartidas y la compañía de aquellos a quienes amamos.

FIN.

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