La gota de agua que sanó corazones
Había una vez una pequeña y triste gota de agua llamada Tristeza. A pesar de que siempre estaba presente en la vida de las personas, nadie parecía querer estar cerca de ella.
Pero un día, Tristeza se enamoró profundamente del sol, quien la hacía sentir cálida y feliz. "Oh Sol, eres lo mejor que me ha pasado en la vida", suspiraba Tristeza cada mañana mientras veía salir el sol.
Pero un día, descubrió que el Sol tenía otra gota de agua a su lado: Angustia. Tristeza se sintió traicionada y engañada por su amado Sol. Se preguntaba qué había hecho mal para merecer tal dolor. "No puedo creerlo", lloriqueaba Tristeza mientras caían lágrimas al piso.
"¿Cómo pudo hacerme esto?"Angustia intentó acercarse a hablar con ella, pero Tristeza no quería escucharla. Era demasiado doloroso saber que el amor de su vida había encontrado consuelo en otra persona.
"Lo siento mucho", dijo Angustia tratando de disculparse. "No fue mi intención lastimarte. "Tristeza se alejó sin decir nada más y comenzó a vagar sin rumbo fijo por los cielos grises del invierno argentino.
Estuvo sola durante días hasta que escuchó un ruido extraño proveniente del suelo. Al acercarse, vio a una pequeña flor rota por el viento frío del invierno. La flor estaba tan triste como ella misma y le suplicaba ayuda para sobrevivir. "¿Qué te pasa?", preguntó Tristeza preocupada.
"El frío me ha roto los pétalos y no puedo seguir adelante", respondió la flor con una voz débil. "¿Podrías ayudarme?"Tristeza se sintió identificada con la flor y decidió hacer todo lo posible para ayudarla.
Comenzó a llorar sobre ella, regando sus raíces y nutriéndola con su amor. Poco a poco, la pequeña flor comenzó a recuperarse gracias al amor de Tristeza. Pronto, se convirtió en la flor más hermosa del jardín.
La gente comenzó a notar el cambio y pronto todos quisieron estar cerca de Tristeza, quien ahora era vista como una fuerza positiva que podía hacer crecer las cosas más bellas en el mundo. "Gracias por haberme dado una oportunidad", dijo Angustia acercándose finalmente a Tristeza.
"Ahora sé que eres mucho más fuerte de lo que pensaba.
"Tristeza sonrió entendiendo que había aprendido una lección importante: el amor puede ser doloroso, pero también puede enseñarnos grandes cosas sobre nosotros mismos y sobre cómo podemos ayudar a los demás. Desde ese día en adelante, Tristeza fue vista como un elemento valioso en la vida de las personas. Siempre estaba presente para ayudar cuando alguien se sentía triste o necesitaba un hombro donde apoyarse.
Y aunque nunca volvió a sentirse enamorada del sol, sabía que había encontrado algo mucho más importante: su verdadero propósito en la vida.
FIN.