La Gran Amistad entre Rocco y Luna



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, un perro llamado Rocco y una gata llamada Luna. Rocco era un perro muy juguetón, de pelaje marrón y ojos brillantes, que siempre corría por el jardín de su casa. Luna, en cambio, era una gata curiosa, con un pelaje blanco y negro, que disfrutaba explorando los árboles del vecindario.

Un día, mientras Rocco jugaba a atrapar su pelota, se escuchó un gran alboroto en el bosque cercano. Rocco, intrigado, decidió investigar. - “¿Qué estará pasando allá? ” - pensó, y corrió hacia el sonido. Al llegar, se encontró con un grupo de animales salvajes: un ciervo, un zorro y un conejo. Estaban muy asustados porque un gran oso se había acercado a su hogar.

- “Hola, ¿qué les pasa? ” - preguntó Rocco, con su energía habitual.

- “¡El oso está cerca y no sabemos qué hacer! ” - exclamó el ciervo, temblando de miedo.

Rocco, decidido a ayudar, corrió de regreso a su casa y llamó a Luna. - “¡Luna, ven! Necesitamos tu ayuda, los animales del bosque están en problemas.”

Luna, que siempre había vivido en la comodidad de su hogar, se mostró un poco nerviosa. - “Pero Rocco, yo nunca he estado en el bosque. ¿Y si me asusto? ”

- “Estaremos juntos, y eso nos hará fuertes. ¡Vamos! ” - insistió Rocco.

Así que Luna, con un poco de valentía, lo siguió. Al llegar al bosque, Rocco se acercó al grupo de animales. - “No se preocupen, hemos venido a ayudarles.” - sonrió Rocco. Pero el oso apareció de repente.

- “¡¿Quiénes son ustedes? ! ¿Por qué están aquí? ! ” - rugió el oso, ja, ja, ja.

Luna, asustada, pensó en esconderse detrás de Rocco, pero al verlo tan decidido, tomó una profunda respiración y se armó de valor. - “¡Estamos aquí para entenderte y ver si podemos ayudarte! ” - dijo Luna con voz temblorosa pero firme.

El oso, sorprendido por la valentía de Luna, frunció el ceño. - “¿Ayudarme? ¡Yo soy el que asusta a los demás! ” - resopló el oso.

Rocco, con una sonrisa amable, respondió. - “Todos podemos tener miedo en algún momento, pero quizás eres más amable de lo que piensas. ¿Qué te preocupa, amigo oso? ”

El oso, un poco apenado, explicó su problema. - “Me siento solo en el bosque. Todos huyen cuando me ven, y ya no tengo amigos.”

Luna y Rocco se miraron y, comprendiendo al oso, decidieron hacer algo grande. - “¿Y si nos hacemos amigos? Podemos jugar juntos. Te prometemos que no te asustaremos” - dijo Rocco rápidamente.

- “Sí, podemos compartir juegos. Tú también mereces amigos” - agregó Luna, con una sonrisa.

El oso miró a ambos con sorpresa. - “¿De verdad quieren ser mis amigos? ” - preguntó, ya sin rugidos.

- “¡Por supuesto! Pero primero, necesitamos saber más de vos” - respondió Rocco, moviendo la cola.

Así, Rocco, Luna, el oso, el ciervo, el zorro y el conejo pasaron la tarde juntos. Descubrieron que el oso podía ser muy divertido y sabía muchas historias de la naturaleza. Todos jugaron entre juegos de esconder, subir a los árboles y contar historias.

Un poco más tarde, el oso dijo: - “No está mal tener amigos, me siento muy feliz.”

Al final del día, Rocco y Luna regresaron a casa, cansados pero contentos. - “¿Ves, Luna? A veces, los más grandes miedos son los que nos impiden hacer amigos. Todos merecemos ser escuchados y entendidos.” - explicó Rocco.

- “Tienes razón, Rocco. Aprendí que los animales salvajes son tan importantes como los domésticos. Todos tenemos algo que dar.” - sonrió Luna.

Así, Rocco y Luna siempre recordarían aquel día mágico donde hicieron nuevos amigos, y también aprendieron que con valentía y amistad, todo es posible.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!