La Gran Aventura de Ale y Jairo
En una hermosa granja, rodeada de verdes campos y dulces flores, vivían dos pollitos llamados Ale y Jairo. Desde que nacieron, habían sido los mejores amigos. Saltaban, picoteaban y correteaban por la granja, disfrutando de cada día como si fuera el último.
Una mañana soleada, mientras exploraban el corral, Ale dijo:
"Jairo, ¿alguna vez te has preguntado qué hay más allá de este lugar?"
Jairo miró hacia el horizonte, donde el cielo azul se encontraban con los campos en la distancia.
"La verdad es que nunca lo había pensado, pero me encantaría saberlo. ¡Debemos aventurarnos juntos!"
Decididos a descubrir el mundo más allá de la granja, Ale y Jairo planeaban su expedición. Antes de salir, la madre gallina les dio un consejo.
"Recuerden, chicos, siempre manténganse juntos y no se alejen demasiado. El mundo puede sorprenderlos. "
"Lo prometemos, mamá", dijeron al unísono.
La mañana siguiente, con un poco de nerviosismo y mucha emoción, se despidieron de los demás animales y partieron hacia la dirección que habían observado desde el corral. El camino no era fácil; había troncos caídos, zonas de barro y hasta pequeños riachuelos que debían cruzar. Al principio, todo les parecía un gran desafío.
"¡Mirá!" - exclamó Jairo, señalando un pequeño arroyo.
"Si saltamos todos juntos, quizás sea más fácil", sugirió Ale, y los dos tomaron impulso y saltaron.
"¡Lo logramos!"
Pero pronto, se dieron cuenta de que el mundo más allá de la granja no solo era emocionante, sino que también traía sorpresas inesperadas. De repente, se encontraron con un grupo de patos que graznaban a su alrededor.
"¡Hola, pollitos! ¿De dónde vienen?" - pregunto una de las patitas.
"De la granja cerca del bosque. ¿Y ustedes?" - respondió Jairo.
Los patos sonrieron y les invitaron a jugar a las orillas del arroyo, pero Ale y Jairo tenían que seguir adelante.
"No podemos quedarnos, queremos seguir explorando.
Pero volveremos a verlos más tarde, ¡prometido!" - dijo Ale mientras se alejan de los patos.
Mientras caminaban, el camino se tornaba más confuso.
"¿Estás seguro de que es por aquí?" - preguntó Jairo, mirando a su alrededor.
"Creo que debemos ir por esa senda que se ve más clara", contestó Ale, señalando hacia la derecha.
Pero al avanzar, se adentraron más en el bosque, donde todo era más oscuro y silencioso. De repente, comenzaron a oír ruidos extraños.
"¿Qué es eso?" - preguntó Jairo, temblando un poco.
"No sé, pero hay que salir de aquí, ¡rápido!" - respondió Ale, tratando de no asustar a su amigo.
Los dos pollitos, con el corazón latiendo rápido, empezaron a correr, sintiendo que el bosque se estrechaba a su alrededor. De pronto, encontraron un claro iluminado por el sol, donde podían ver un hermoso arco iris.
"¡Mirá, Jairo!" - exclamó Ale, olvidándose del miedo por un momento.
"¡Es precioso!" - respondió Jairo, emocionado.
Mientras admiraban el arco iris, un sabio búho se posó en una rama cercana y los miró.
"¿Qué hacen ustedes tan lejos de su hogar, pequeños pollitos?" - preguntó el búho con una voz suave.
"Estamos explorando el mundo más allá de la granja, pero nos hemos perdido", explicó Jairo.
"A veces, es fácil perderse, pero siempre hay algo hermoso que encontrar. Recuerden, lo importante es no perderse el uno al otro", les dijo el búho.
Con sus palabras en mente, Ale y Jairo decidieron que era hora de volver a casa.
"Tienes razón, no necesitamos buscar más, ya tenemos todo lo que necesitamos juntos. Vamos a regresar", dijo Ale.
Siguieron el camino que los llevó de vuelta a la granja, sintiéndose más sabios y unidos que nunca. Cuando llegaron, la madre gallina los recibió con abrazos.
"Estaba preocupada por ustedes. ¿Cómo les fue?"
"Fue una aventura increíble, pero nos dimos cuenta de lo importante que es estar juntos", respondió Jairo con una sonrisa.
"Lo mejor de la aventura es regresar a casa para compartirla", agregó Ale.
Y así, desde ese día, Ale y Jairo continuaron explorando juntos, pero siempre regresaban a su hogar. Aprendieron no solo sobre el mundo, sino también sobre el valor de la amistad y la importancia de permanecer unidos.
"Nunca más volveremos a separarnos, ¡siempre juntos!", prometieron.
Y en cada aventura, Ale y Jairo se dieron cuenta que, aunque el mundo fuera grande y hadas posibilidades increíbles, lo más importante es que podían compartir todo eso entre ellos.
FIN.