La Gran Aventura de Bacty y el Antibiotiquín



Era una soleada mañana en el interior del cuerpo humano de Julián, un niño lleno de energía. Allí vivía Bacty, una pequeña bacteria curiosa que soñaba con explorar todos los rincones del organismo. Junto a sus amigos, las bacterias espléndidas, decidió que era hora de expandir su familia y comenzar una gran aventura.

-Bacty, ¿estás segura de que deberíamos dividirnos? -preguntó su amiga Luly.

-¡Claro! Cuantas más seamos, más cosas podremos descubrir. Esta es la oportunidad de conocer los órganos del cuerpo de Julián. -contestó Bacty emocionada.

Así que, después de hacer un pequeño baile de felicidad, Bacty se dividió en dos. La nueva Bacty, a la que llamaremos Mini-Bacty, decidió ir hacia el estómago, mientras que Bacty se dirigió al intestino.

Cuando llegaron, todo era fascinante. Mini-Bacty veía cómo los alimentos se descomponían y se transformaban en energía. -¡Mirá, qué divertido! -exclamó, mientras flotaba entre trozos de comida.

Por otro lado, Bacty observaba cómo los nutrientes eran absorbidos por las paredes del intestino. Pero, de repente, sintió algo extraño en el aire.

-¿Qué será eso? -preguntó Bacty a sus nuevas amistades intestinales.

-Es el Antibiotiquín, una sustancia que viene a limpiar. Si lo siente, nos puede eliminar. -respondió un viejo probiótico con voz sabia.

-¿Antibiotiquín? -Bacty sintió un escalofrío. -¿Qué es lo que hace?

-El Antibiotiquín es un superhéroe que ayuda a combatir las bacterias. Siempre aparece cuando alguien toma medicinas. -le dijo el probiótico, avisándole que era momento de irse.

Bacty se puso muy nerviosa. -No podemos dejar que el Antibiotiquín nos atrape. ¡Debemos dividirnos aún más para escapar!

Entonces, Bacty y sus amigos tomaron una decisión: hacer la mayor cantidad de biparticiones posibles para evitar que el Antibiotiquín los encontrara a todos.

Mientras tanto, en el exterior, Julián había tomado su medicina y se sentía mejor. ¡No sabía que dentro de él se estaba desarrollando una batalla! El Antibiotiquín comenzaba a recorrer su cuerpo, buscando a las bacterias para eliminarlas.

-Por favor, no dejes que nos atrape, Bacty, yo soy muy joven para irme. -dijo una de las bacterias miniatura, con voz temblorosa.

-No te preocupes, ¡aquí somos muchas y buscaremos la manera de salir! -animó Bacty, dispuesta a mantener viva a su colonia.

Cada vez que el Antibiotiquín se acercaba, Bacty y sus amigos se multiplicaban rápidamente. Pero, para su sorpresa, notaron que cuanto más se multiplicaban, más se fijaba el Antibiotiquín en ellos. Era como si ese medicamento tuviera un radar para encontrar las bacterias descontroladas.

-Estamos haciendo lo opuesto a lo que queríamos. Necesitamos ser más astutas. -pensó Bacty. -¿Y si en lugar de dividirnos tanto, nos escondemos y nos agrupamos? Quizás el Antibiotiquín no nos encuentre tan fácilmente.

Las bacterias, al escuchar el plan de Bacty, decidieron agruparse. Todas se escondieron detrás de las células del intestino y se hicieron pasar por parte del propio organismo de Julián. Mientras el Antibiotiquín pasaba, con sus rayos de energía buscando bacteria a bacteria, a veces se detenía y no las podía detectar.

-No podemos rendirnos. ¡El trabajo en equipo es nuestra fuerza! -gritó Bacty.

-¡Sí, tenemos que protegernos! -respondieron sus amigos.

De repente, el Antibiotiquín se dio cuenta de que había algo extraño. -¿Por qué hay tantas bacterias aquí, como si fuéramos una sola cosa? -se preguntó.

Fue en ese momento que el Antibiotiquín, confundido, decidió buscar a las bacterias más pequeñas que no estaban agrupadas, dejando a Bacty y a su grupo en paz.

-¡Lo logramos! -gritaron todas las bacterias juntas, emocionadas.

-¡Hay que mantenernos unidas! -sugirió Luly. -Así, si el Antibiotiquín vuelve a aparecer, será más difícil que nos encuentre.

Al final del día, el Antibiotiquín hizo su trabajo, pero Bacty y sus amigos habían aprendido una gran lección: en la unión está la fuerza. Así, cuando los días de aventura en el cuerpo de Julián empezaron a terminar, todos se sintieron orgullosos de cómo habían enfrentado los desafíos. Y aunque había algunas bacterias que quedaron afuera, cada una llevaba en su corazón una chispa de valentía, sabiendo que siempre hay formas de ser ingeniosos y de protegerse entre amigos.

-¿Qué tal, Vamos a buscar nuevas aventuras? -dijo Bacty con una sonrisa.

-¡Sí! -gritaron todos al unísono. -Pero esta vez… ¡haremos un equipo más fuerte!

FIN.

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