La Gran Aventura de Benny y Lila



Era un hermoso día de primavera en el jardín de Florilandia. Los colores vibraban y una abejita llamada Benny revoloteaba con entusiasmo, buscando el néctar más dulce para llevar a su colmenita.

"¡Ay, cuánto anhelo encontrar la miel más deliciosa!" - dijo Benny, que tenía un apetito insaciable por lo dulce.

Su amiga Lila, una mariposa curiosa y siempre dispuesta a ayudar, se le acercó volando.

"¿Por qué no me dejas ayudarte, Benny? Juntas podemos encontrar la miel más rica de todas" - sugirió Lila con una sonrisa.

Benny, que estaba muy emocionada con la idea, respondió:

"¡Oh, Lila! ¡Eso sería genial! Te necesito. Vamos a buscar en el árbol de los sueños, ahí suelen haber flores muy ricas en néctar."

Ambas amigas volaron hacia el árbol, pero al llegar, se dieron cuenta de que había un problema. Un grupo de hormigas trabajadoras estaban en la entrada, llevando hojas y ramas a su hormiguero.

"¿Cómo haremos para pasar?" - preguntó Lila, un poco preocupada.

"Voy a hablar con ellas. Soy una abeja y necesito conseguir néctar para hacer miel" - dijo Benny, decidida. Se acercó a las hormigas.

"Hola, amigas hormigas. Soy Benny, y necesitamos entrar al árbol para recoger néctar. ¿Pueden dejarnos pasar?" - solicitó.

Las hormigas, muy ocupadas, respondieron:

"Lo sentimos, Benny, pero este es nuestro hogar y estamos demasiado ocupadas. Si quieres pasar, tendrás que ayudarnos a llevar unas hojas al hormiguero".

Benny se miró con Lila y asintió:

"Está bien, ¡podemos ayudar!" - dijo, y juntas levantaron una hojarasca para colaborar.

Luego de un rato de trabajo en equipo, las hormigas les dieron las gracias y les permitieron entrar al árbol.

Dentro del árbol, las flores brillaban con colores vibrantes, llenas de néctar. Benny y Lila volvieron a llenarse de energía y comenzaron a trabajar.

"¡Mirá, Lila!" - gritó Benny emocionada. "Estos son los néctares más ricos que he probado jamás!"

Dedicarons su tiempo a llenarse de néctar, pero de repente, un fuerte viento comenzó a soplar.

"¡Oh no!" - gritó Lila, mientras las flores comenzaban a moverse peligrosamente. "Debemos irnos, Benny, ¡puede ser peligroso aquí!"

Benny miró alrededor y vio cómo algunos pétalos volaban, lo que hizo que se preocupase.

"Tienes razón, Lila. Pero no quiero dejar mi tazón de néctar aquí."

Sin pensarlo, Benny voló hacia su tazón, mientras que Lila intentaba ayudarla a mantenerse firme. Pero el viento la empujaba, y en cuestión de segundos, el tazón de néctar comenzó a volar por los aires.

"¡Benny! ¡Atrapa el néctar!" - gritó Lila apenada, y juntas comenzaron a volar detrás del tazón que se alejaba.

Tras un poquito de esfuerzo, lograron alcanzarlo justo cuando iba a caer al suelo. Benny lo atrapó con sus alas, pero como tenían que regresar rápidamente al árbol, decidió:

"Vamos a dejar mi tazón aquí y sigamos buscando... no puedo arriesgar nuestro viaje por un tazón. Debemos seguir."

Lila asintió, sabia del sacrificio que Benny estaba haciendo. Juntas, volaron al centro del árbol, donde había aún más flores.

"¡Mirá eso!" - dijo Lila con asombro. "Es el lugar más dulce del mundo. ¿Lo ves?"

Llenas de emoción, comenzaron a cosechar néctar nuevamente. Benny sonrió y le dijo a Lila:

"¡Gracias por estar siempre a mi lado!"

Finalmente, después de un largo día, volvieron a casa con sus alitas llenas de néctar. La colmena de Benny estaba lista para hacer la miel más deliciosa que hubo, y todo gracias a la ayuda de Lila.

"Juntas podemos enfrentar cualquier desafío," - dijo Benny, abrazando a su amiga mientras comenzaban a crear la miel.

Y así, entre risas y un sinfín de aventuras, Benny y Lila aprendieron que trabajar en equipo siempre trae recompensas dulces.

Fin

FIN.

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