La gran aventura de Cosmo y Leila
Cosmo y Leila estaban emocionados porque iban a conocer el mar por primera vez. Juntaron sus baldes y palas, prepararon sus sombreros y protector solar, y subieron al auto con sus papás.
El viaje hasta la costa fue largo, pero ellos no podían contener la emoción. Al llegar, corrieron hacia la arena y el mar, con una sonrisa que les llegaba de oreja a oreja. - ¡Mira, Leila, es enorme! - exclamó Cosmo señalando el mar.
- Sí, y suena tan fuerte, como si estuviera hablando con nosotros - respondió Leila. Los padres de Cosmo y Leila los observaban divertidos mientras los dos pequeños jugaban en la orilla. De repente, una ola gigante se acercó, asustando a Leila.
- ¡Oh no, una ola grande, mami! - gritó Leila. - Tranquila, Leila, es solo una ola, no te va a hacer daño. De hecho, puedes saltar sobre ella, es muy divertido - dijo la mamá de Leila.
Leila, con un poco de miedo pero mucha valentía, saltó sobre la ola. Cosmo la siguió y pronto estaban riendo y saltando sobre las olas como dos delfines. Pasaron el día construyendo castillos de arena, recogiendo caracoles y corriendo de un lado a otro.
Al atardecer, se despidieron del mar llenos de felicidad y con la promesa de volver pronto. En el camino de regreso, Leila miró por la ventana y dijo: - Gracias, mar, por enseñarme que puedo vencer mis miedos.
- Sí, y gracias por mostrarnos lo hermoso que puede ser compartir momentos juntos - añadió Cosmo.
Y así, con el corazón lleno de recuerdos maravillosos, Cosmo y Leila regresaron a su hogar, con la promesa de volver al mar cada vez que pudieran.
FIN.