La Gran Aventura de Gota



Érase una vez una pequeña gota de agua llamada Gota, que vivía en un hermoso lago rodeado de montañas. Gota era muy curiosa y siempre soñaba con conocer el mundo más allá de su hogar. Un día, mientras descansaba en una hoja, escuchó una conversación entre dos ranas.

"¡Hoy es un día perfecto para saltar al río!" - dijo una Rana.

"Sí, y si seguimos el corriente, podríamos llegar al océano!" - respondió la otra Rana.

Gota sintió una chispa de aventura en su corazón.

"¿Puedo ir con ustedes?" - preguntó Gota emocionada.

"Pero Gota, tú eres solo una gota. Tu viaje no será fácil" - respondió una de las ranas.

Aunque le advirtieron sobre los peligros, Gota estaba decidida.

"¡Quiero ver el océano!" - exclamó.

Las ranas, sorprendidas por su valentía, le dijeron:

"Está bien, pero tendrás que estar lista para enfrentar todo tipo de desafíos en el camino."

Así, Gota se unió a la aventura de las ranas. Juntas saltaron y nadaron hasta el río, donde la corriente era fuerte y las piedras resbaladizas. Al principio, Gota se asustó. Las olas la empujaban de un lado a otro.

"¿Qué pasará si me pierdo?" - preguntó nerviosa.

"No te preocupes, Gota. Solo sigue fluyendo con el río. La corriente te llevará hacia donde necesitas ir" - la tranquilizó una de las ranas.

Con esa confianza, Gota se dejó llevar por la corriente. Un rato después, llegó a una cascada impresionante y, de repente, en un giro inesperado, ¡se encontró en el aire!"¡Sujétete con fuerza!" - gritó una Rana, mientras todas caían juntas en una caída emocionante.(¡Splash! )

Cuando finalmente tocaron el agua, Gota sintió una mezcla de emoción y nerviosismo. Nunca había viajado tan lejos. Pasaron por cuevas misteriosas y bosques encantados, donde conocieron a otros amigos:

"¡Hola! Soy Brisa, me encanta jugar entre las flores" - se presentó una suave ráfaga de viento.

"Y yo soy Luz, la luciérnaga, ¡voy con ustedes!" - añadió una luciérnaga luminosa.

Todos juntos continuaron el camino hacia el océano. Sin embargo, se encontraron con una gran nube oscura llena de rayos.

"¿Qué haremos?" - preguntó Gota, sintiéndose un poco asustada.

"Confiemos en que la lluvia nos unirá de nuevo," dijo Brisa.

"¡Sí!" - apoyó Luz.

Cuando la nube estalló en una lluvia torrencial, Gota se sintió ligera y feliz.

"¡Mirá! Nos estamos transformando en gotas de lluvia, ¡volamos juntos!" - gritó Gota.

Y así, el grupo de amigos flotó por el aire. A medida que caían, Gota sentía que la tierra los abrazaba con su frescura. Finalmente, llegaron al océano, donde el agua era más profunda y azul que cualquier cosa que hubiera visto.

"¡Lo logramos!" - gritaron las ranas y sus nuevos amigos juntos.

"Ahora somos parte del océano y juntos exploraremos nuevos lugares" - exclamó Gota, emocionada.

Poco a poco, Gota se dio cuenta de que su viaje apenas comenzaba. Desde su hogar en el océano, podía sentir los movimientos de las corrientes, la llegada del calor que la llevaría a evaporarse y convertirse en vapor.

"Estoy emocionada de volver al cielo, donde podré ser parte de una nube y volver a la lluvia otra vez", pensó Gota. Así, Gota entendió que cada etapa de su viaje era importante, que cada aventura la hacía más fuerte y que, aunque a veces se sintiera perdida, siempre había algo mágico esperándola.

Y así, Gota siguió fluyendo, aprendiendo y explorando el maravilloso mundo del agua, disfrutando de cada lugar que visitaba.

Y así, la pequeña gota de agua vivió feliz, sabiendo que cada ciclo era una nueva oportunidad para nuevas aventuras.

FIN.

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