La Gran Aventura de la Avenida La Paz



Era un día soleado en el barrio de Villa Esperanza. Ana, Jhordan y Andrés, tres amigos inseparables, estaban jugando en el parque cuando de pronto, un estruendo resonó al final de la Avenida La Paz. Intrigados, se acercaron y vieron a unos obreros tratando de reparar un bache muy grande. Las luces parpadeantes de sus vehículos, las herramientas brillantes y el gran cartel que decía 'Reparación de la Avenida La Paz' llamaron su atención.

"¿Qué hacen ahí?" - preguntó Ana, mirando con asombro.

"Están arreglando el bache, así la calle será más segura para todos" - explicó Jhordan, que había escuchado que su madre trabajaba en el municipio.

"¡Debemos ayudar!" - exclamó Andrés, siempre listo para una nueva aventura.

Los tres amigos se acercaron al grupo de trabajadores.

"Hola, ¿podemos ayudar de alguna manera?" - preguntó Andrés con entusiasmo.

Uno de los obreros, el Sr. Luis, sonrió y dijo:

"Claro que sí, chicos. Pero primero, deben saber que es un trabajo que requiere mucha responsabilidad y cuidado".

Los amigos asintieron con la cabeza, llenos de energía y emoción. Hahn le explicó que la seguridad era fundamental y que debían usar cascos y chalecos.

"Con esto podrán ayudarnos un poco, pero no se acerquen demasiado a las máquinas, ¿de acuerdo?" - agregó el Sr. Luis.

Ana, Jhordan y Andrés se pusieron los chalecos y cascos.

"¡Qué divertido!" - gritó Ana, saltando de alegría.

El Sr. Luis les dio tareas adecuadas a su edad.

"Ustedes pueden ayudar a limpiar la zona. Hay que sacar toda la tierra y las piedras para que podamos poner el asfalto nuevo" - explicó él, señalando las herramientas.

Los chicos, emocionados, comenzaron a trabajar. Al principio, parecía fácil, pero a medida que avanzaban, se dieron cuenta de que era más difícil de lo que pensaban.

"¡Esto es pesado!" - se quejó Jhordan, mientras levantaba una piedra grande.

"Sí, pero si nos esforzamos juntos, lo lograremos" - respondía Ana, tratando de motivarlos.

Pero de repente, se escuchó un fuerte ruido y una máquina comenzó a retroceder peligrosamente hacia ellos.

"¡Cuidado!" - gritó Andrés, y todos corrieron a un lugar seguro.

El Sr. Luis llegó corriendo, preocupado.

"¿Están todos bien?" - preguntó, mientras los revisaba.

"Sí, pero tenemos que estar atentos" - dijo Jhordan, aún un poco asustado.

"Lo siento, chicos. Hay que seguir trabajando, pero deben prestar atención" - comentó el Sr. Luis.

Con un nuevo sentido de responsabilidad, los amigos siguieron limpiando. Se turnaban para levantar piedras, haciendo más ligero el trabajo. Con cada bache que sacaban, se sentían más fuertes y unidos.

Después de un rato, vieron que el bache estaba casi listo, y se llenaron de orgullo.

"¡Lo logramos!" - exclamó Ana, dando un pequeño salto.

"¡Sí! Y todo con trabajo en equipo" - añadió Jhordan.

El Sr. Luis se acercó y les dijo:

"Estoy muy orgulloso de ustedes. Han aprendido a trabajar juntos y a cuidar su seguridad. Ahora, ¡vamos a celebrar!" - y sacó unas golosinas de su mochila.

Los amigos disfrutaron de su merienda y compartieron muchas risas.

Desde ese día, la Avenida La Paz no solo fue más segura, sino que también se convirtió en un símbolo de la diversión y la amistad. Ana, Jhordan y Andrés aprendieron que con trabajo en equipo y respeto por la seguridad, se pueden lograr grandes cosas.

Y así, cada vez que pasaban por la Avenida La Paz, sonreían recordando su gran aventura.

FIN.

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