La Gran Aventura de la Comida Saludable



Era un día soleado en la escuela primaria 'Arco Iris', donde los amigos Cristian, Saori, Nahima, Helen, Omar, Luis, Karen y Lidia pasaban sus recreos compartiendo risas y juegos. Un día, mientras jugaban en el patio, notaron que algo raro sucedía en el jardín de la escuela. Las plantas estaban marchitas y el suelo se veía seco.

"¿Qué habrá pasado con nuestras plantas?" - preguntó Saori, mientras señalaba una lechuga triste.

"Creo que necesitan amor y, tal vez, un poco de buena comida" - respondió Nahima con una sonrisa.

"¿Buena comida?" - exclamó Helen, intrigada. "¡Eso es! ¡Vamos a investigar cómo podemos ayudar!"

Así que, motivados por la idea de ayudar a las plantas, decidieron que debían aprender más sobre la comida saludable.

Cruzaron el patio y entraron a la biblioteca donde se encontraron con un libro titulado "La Aventura de la Comida Saludable". "¡Miren!" - dijo Lidia emocionada. "Podemos aprender sobre frutas, verduras, y todo lo que necesitamos para comer bien. ¡Y tal vez salvar nuestra huerta!"

Al abrir el libro, fueron transportados a un mundo mágico donde las frutas y verduras hablaban. En este nuevo mundo conocieron a un melón llamado Melóncito, que les dijo: "¡Hola, chicos! ¡Soy Melóncito, el rey de la alimentación sana! ¿Listos para una aventura deliciosa?"

"¡Sí!" - gritaron todos al unísono.

Melóncito los llevó a través de un camino de zanahorias, donde encontraron a Zanahorio, un guerrero fuerte que decía: "¡Para ser fuertes y saludables, necesitamos comer muchas verduras!" Tuvo una gran pelea con un gigante de azúcar que amenazaba con hacer que todos comieran solo caramelos.

"¡No! ¡¡El azúcar no es bueno para nosotros! !" - gritó Cristian, recordando lo que había aprendido en clase.

Zanahorio y los amigos unieron sus fuerzas y, con un poco de ingenio, lograron que el gigante se retirara. "¡Increíble! ¡Lo logramos gracias a la buena alimentación!" - dijo Luis, satisfecho.

Luego pasaron a un río de fresas y quedaron fascinados. Karen dijo: "¡Fresquitos! ¡Son tan ricos y llenos de vitaminas! ¿Qué pasaría si creamos una limonada de frutas?"

"¡Genial!" - exclamó Omar mientras todos empezaban a recolectar frutas para su bebida mágica. Cruzaron el río y llegaron a un campo de frutillas, donde se pusieron a mezclar ingredientes, aprendiendo sobre la importancia de la fibra y las vitaminas junto a las fresas.

Pero justo cuando estaban a punto de disfrutar su limonada, un viento fuerte apareció, y el gigante de azúcar volvió a aparecer. "¡No pueden beber eso! ¡Tienen que comer dulces!"

"¿Pero por qué solo dulces?" - preguntó Nahima, mientras agitaba una mano desafiando al gigante. "Con una alimentación variada, ¡podemos ser más fuertes!"

El gigante se detuvo a pensar y así Nahima le explicó la importancia de balancear las comidas. "¡Podemos tener dulces, pero en su justa medida!" - dijo Lidia. El gigante empezó a entender y, de repente, se volvió pequeño y se convirtió en un dulce llamado Dulcecito que quería aprender de ellos.

"¡Estoy aprendiendo tantas cosas!" - dijo, y todos se unieron para enseñarle el valor de frutas, verduras y una dieta balanceada. Al final, todos disfrutaron de una deliciosa fiesta de frutas y verduras, realizada en el maravilloso mundo de la comida sana.

"¡Gracias, Melóncito!" - dijeron los amigos al despedirse.

"¡No olviden de siempre tener una alimentación saludable!" - dijo el rey, mientras todos volvían a su escuela.

De regreso en la realidad, decidieron hacer un plan para cuidar de su huerta en la escuela.

"¡Hagamos un club de comedores saludables!" - propuso Cristian.

"Y celebremos una fiesta de frutas y verduras en la escuela!" - añadió Karen entusiasmada.

Y así, los amigos se volvieron los embajadores de la comida sana en la escuela, aprendiendo y compartiendo con sus compañeros, mientras las plantas del jardín volvían a florecer y crecer saludables, gracias a su entusiasmo por la buena alimentación.

FIN.

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