La Gran Aventura de la Comuna de 5º Grado
Era un día soleado en el colegio La Salle, y todos los chicos de 5º grado estaban muy emocionados. Se acercaba la fecha de su primera comunión, un momento inolvidable que habían estado esperando con ganas. La maestra, la Señorita López, había decidido que este evento no solo sería una celebración espiritual, sino también una gran aventura de aprendizaje y amistad.
"Chicos, este año la comunión la vamos a celebrar de una forma especial" - dijo la Señorita López, al mismo tiempo que mostraba un gran mapa del tesoro en la pizarra. "Queremos que cada uno de ustedes participe en la organización de esta celebración. Haremos una gran fiesta y aprenderemos juntos sobre la importancia de compartir, ayudar y estar juntos. ¡Así que todos a colaborar!"
Los alumnos miraron a la maestra con ojos brillantes. Un ímpetu de emoción recorrió el aula y las ideas comenzaron a fluir.
"¿Podemos hacer una obra de teatro?" - sugerió Tomás, el más entusiasta del grupo.
"¡Sí! Y podemos crear un mural gigante con el tema de la amistad" - agregó Sofía, mientras movía su cabello rizado.
"Yo puedo encargarme de la música. Siempre quise tocar la guitarra frente a todos" - dijo Lucas, que se encontraba en el fondo del salón.
"Y yo, yo puedo ser el encargado de la comida. Creo que puedo hacer unas galletitas riquísimas con mi abuela" - terminó Laura, emocionada.
Lo que había comenzado como un simple homenaje a la amistad y la unión, pronto se transformó en una gran obra colectiva. Cada uno asumió un rol, y la celebración se planeó para ser una hermosa mezcla de talentos y esfuerzo.
Sin embargo, no todo fue fácil. A una semana de la fiesta, las cosas comenzaron a complicarse.
"Chicos, se me olvidó decir que el lugar donde íbamos a trasladar el mural no está disponible, y sin eso, la decoración no será la misma" - se quejó Sofía, angustiada, mientras miraba el mapa del tesoro.
"¡No puede ser! Lo hemos trabajado tanto, no podemos rendirnos ahora" - expresó Tomás, intentando levantar el ánimo.
Después de un momento de silencio y reflexión, Laura tuvo una idea brillante.
"Y si hacemos la decoración en el patio de la escuela, así todo el mundo puede disfrutarla también. Además, no hay que llevar nada lejos. Solo necesitamos algunas mesas, sillas y mucha creatividad".
El grupo comenzó a discutir esta nueva posibilidad. Se unieron y se dispusieron a poner manos a la obra, aunque tenían una semana muy apretada. Con esfuerzo y buena onda, comenzaron a trabajar en el mural. Cocinaron con Laura, ensayaron la obra de teatro de la mano de Tomás y ensayaron la música con Lucas. La semana pasó volando.
Finalmente, llegó el día de la fiesta. Todos los padres llegaban al colegio, ilusionados por lo que sus hijos habían preparado.
"¿Estás listo, Tomás?" - le preguntó Sofía antes de comenzar a actuar.
"¡Listo para brillar!" - respondió él, dándole un fuerte abrazo.
La fiesta comenzó, y el mural era una explosión de color y amor. La obra de teatro se llevó a cabo con éxito, y Lucas tocó su guitarra mientras todos aplaudían y cantaban junto a él. Al final del día, todos los chicos se sentaron juntos en el patio, disfrutando de las galletitas que había preparado Laura con su abuela. Nadie podía dejar de sonreír.
"¿Se dan cuenta de lo que hicimos?" - preguntó Sofía, mirando a sus amigos.
"Sí, ¡hicimos algo increíble juntos!" - dijo Tomás.
"Festejamos nuestra amistad y aprendimos lo importante que es estar unidos" - dijo Laura, feliz.
Con la alegría en sus corazones, los estudiantes de 5º grado aprendieron que, a pesar de los desafíos, la unión y el trabajo en equipo pueden transformar cualquier actividad en algo especial. De esa manera, no solo celebraron su primera comunión, sino también la amistad y el compañerismo.
A partir de entonces, el colegio La Salle siempre recordaría aquel evento como "La Gran Fiesta de la Amistad", donde el amor y la colaboración estaban en el centro de todo, convirtiendo cada pequeño gesto en un gran tesoro.
FIN.