La Gran Aventura de la Navidad en la Escuela



Era un día soleado en la escuela y todos los estudiantes estaban emocionados porque se acercaba la Navidad. El maestro Jesús había prometido una sorpresa especial en su clase, pero había una condición: tenían que demostrar un buen comportamiento.

"Chicos, este año vamos a tener una competencia de buenas acciones antes de Navidad!", anunció el maestro Jesús mientras los miraba con una sonrisa.

"¿Y qué vamos a ganar?", preguntó Berni, llenando su rostro de curiosidad.

"¡Regalos!", respondió Emma, saltando de alegría.

"No solo regalos, también aprenderemos a ser mejores amigos y compañeros. Así que hay que esforzarse mucho", agregó Jesús.

Marcos estaba emocionado; él quería ganar un gran regalo.

"Yo soy el mejor en hacer buenas acciones", dijo con confianza.

Mientras tanto, Indara y Michele estaban pensando en cómo ayudar a otros.

"Podemos empezar ayudando a la señora Rosa con sus compras de Navidad", sugirió Indara.

"¡Y a nuestra profesora de música!", agregó Michele.

Así, los cuatro se pusieron manos a la obra. Pero Berni, que quería la mayor cantidad de regalos posible, pensó en una idea traviesa.

"Chicos, ¿y si hacemos lo mínimo posible para no esforzarnos tanto?", propuso, intentando convencernos para seguir su plan.

"No, Berni!", gritaron al unísono.

"No se trata sólo de los regalos, se trata de lo que somos y cómo ayudamos a los demás". Intentó persuadirlo Marcos, pero Berni no parecía escuchar.

Así fue como los niños comenzaron a hacer buenas obras: ayudaron a sus abuelos, cuidaron a una mascota vecina y, finalmente, organizaron una colecta de juguetes para los que no tenían. Solo eso hizo que se sintieran orgullosos. El tiempo pasaba y las buenas acciones parecían estar dando resultados.

Una tarde, mientras trabajaban en sus proyectos navideños, el maestro Jesús entró en clase con una gran sorpresa.

"Chicos, he estado observando cada una de sus acciones y ¡estoy muy orgulloso!", dijo él, agradecido.

"Sí, pero nadie sabe si a Berni le importó ayudar o si solo quería regalos", comentó Emma, mirando a Berni con ojo inquisitivo.

Berni se sintió un poco avergonzado y decidió sincerarse.

"La verdad es que, al principio, sólo quería regalos, pero… ahora me doy cuenta de que lo más lindo es ayudar a otros y compartir momentos juntos".

Los amigos se miraron emocionados, y Michele dijo:

"¡Eso está perfecto, Berni! Además, el verdadero regalo es saber que podemos hacer sonreír a alguien más".

En ese momento, el maestro Jesús llenó sus ojos de alegría.

"No se preocupen, todos recibirán un regalo por su esfuerzo. La Navidad no solo es recibir, sino dar y compartir".

Los niños no podían creerlo. Después de tantas buenas acciones, los regalos aparecieron, uno por uno, llenando el aula de luces y sorpresas.

La escuela se inundó de alegría mientras los niños se abrazaban, compartían risas y festejaban su buen comportamiento.

Desde ese día, no solo aprendieron sobre el verdadero significado de la Navidad, sino que también se dieron cuenta de que habían formado un lazo más fuerte entre ellos.

Así, con su nueva actitud, Marcos, Indara, Emma, Michele y Berni decidieron seguir haciendo buenas acciones, no solo en Navidad sino todo el año. ¿Y quién sabe? Quizá los regalos del próximo año serían aún más grandes si seguían portándose bien.

FIN.

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