La Gran Aventura de la Niña Viajera
Era el cumpleaños de la niña y estaba muy emocionada por celebrarlo con su familia y amigos. Pero algo inesperado iba a ocurrirle ese día.
Mientras soplaba las velas de su pastel, aparecieron Elsa y Ana, las famosas princesas de Arendelle. "¡Feliz cumpleaños!", dijeron al unísono. La niña no podía creer lo que veía. Las princesas se acercaron a ella y le preguntaron qué deseaba para su cumpleaños.
"Quiero viajar por todo el mundo", respondió la niña sin dudarlo. Elsa sonrió y tocó la mano de la niña con su varita mágica. De repente, todo se volvió oscuro y cuando volvieron a abrir los ojos estaban en medio del desierto del Medio Oriente.
"Bienvenida a Arabia Saudita", dijo Ana con una sonrisa. La niña estaba asombrada, nunca había estado en un lugar así antes. Decidieron explorar la ciudad juntas y visitar todos los lugares turísticos importantes como La Meca, Medina, Jeddah y Riyadh.
Aprendieron mucho sobre la cultura árabe como sus festivales religiosos e históricos, sus tradiciones culinarias típicas como el shawarma, falafel o hummus entre otros platos exóticos que nunca antes habían probado.
Después de varios días llenos de aventuras en Arabia Saudita, decidieron continuar su viaje hacia Egipto para ver las pirámides. Cuando llegaron allí se quedaron maravilladas por su belleza e historia antigua. Se subieron a los camellos y recorrieron el desierto de arena.
También visitaron el Museo Egipcio en El Cairo, donde vieron momias y sarcófagos. "¡Esto es increíble!", exclamó la niña emocionada. Pero su aventura aún no había terminado.
En un abrir y cerrar de ojos, se encontraban en Turquía, visitando la impresionante Mezquita Azul e incluso aprendiendo a hacer cerámica turca con los artesanos locales. Luego volvieron a Arabia Saudita para disfrutar del famoso festival Janadriyah que se celebra anualmente.
La niña estaba fascinada por todo lo que había visto y aprendido durante su viaje junto a Elsa y Ana. Había descubierto nuevas culturas, comidas exóticas, monumentos históricos y sobre todo había vivido una experiencia única e inolvidable.
Finalmente, las princesas la llevaron de vuelta a casa sana y salva pero con muchas historias que contarles a sus amigos sobre su aventura mágica por el mundo entero. La niña entendió que aunque era pequeña podía tener grandes aventuras si tenía una mente abierta para aprender cosas nuevas cada día.
Y así prometió seguir explorando el mundo siempre con una sonrisa en su rostro como lo hizo junto a sus amigas Elsa y Ana.
FIN.