La gran aventura de la tortuga traviesa


Había una vez una señora y un señor que decidieron comprar una hermosa tortuga para tener como mascota. Emocionados, caminaron juntos hacia su hogar, llevando a la tortuga en una pequeña cartera.

Mientras cruzaban el parque, la tortuga se deslizó sigilosamente y cayó al suelo sin que nadie se diera cuenta. La señora, al abrir la cartera, se llevó la sorpresa de que la tortuga había desaparecido. Rápidamente, comenzaron a buscar por todos lados, con gran preocupación.

De repente, vieron a la tortuga alejándose a lo lejos. Corrieron tras ella y finalmente la vieron entrando a una misteriosa casa en medio del parque.

La señora, asombrada, se acercó y descubrió que aquel lugar estaba lleno de tortugas de todos los tamaños y colores. -¡Mira, querido! ¡Es un refugio de tortugas! -exclamó la señora emocionada. -Sí, parece que nuestra traviesa amiga decidió venir a visitar a sus parientes. ¡Qué sorpresa! -dijo el señor con una sonrisa.

Se acercaron a la dueña del refugio, una amable anciana que cuidaba con amor a todas las tortugas. Les contó que la tortuga había llegado a ella hace tiempo, y que siempre fue bienvenida en su casa.

La señora y el señor decidieron que la tortuga podía quedarse a vivir en ese acogedor lugar, donde estaría rodeada de amigos. A partir de ese día, la señora y el señor visitaban periódicamente a la tortuga, llevándole deliciosas hojas de lechuga.

Y así, la tortuga vivió feliz y rodeada de amor, aprendiendo que las sorpresas inesperadas pueden llevarnos a lugares maravillosos.

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