La Gran Aventura de la Vocal I
En un pequeño pueblo llamado Letralia, donde las letras vivían en armonía, había una vocal muy especial: la I. La I era conocida por su hermoso color verde brillante y su personalidad alegre. Pero había un pequeño problema: un día, la I desapareció misteriosamente.
Cuando los habitantes de Letralia se dieron cuenta de que la I no estaba, se sintieron tristes.
- ¿Dónde estará I? - preguntó A, la vocal más aventurera.
- Sin ella, no podemos formar muchas de nuestras palabras - replicó O, con un tono melancólico.
La A, sintiendo que era momento de actuar, decidió formar un grupo de búsqueda.
- ¡Vamos a encontrarla! - propuso con determinación.
- Pero ¿cómo lo haremos? - se preocupó E.
La A pensó un momento y dijo:
- Primero, debemos revisar los lugares donde más frecuentemente la hemos visto.
Así que la A, la E y la O partieron hacia el Bosque de Pronunciación, donde solían jugar con la I. Allí, conocieron a un extraño personaje: un pequeño consonante llamado T.
- ¿Ustedes están buscando a la I? - preguntó T, sorprendido.
- Sí, ¿sabes algo de ella? - inquirió la A.
- Creo que la vi salir hacia el Mar de Silabas - respondió el T.
Sin dudarlo, los amigos se dirigieron al mar. Cuando llegaron, podían escuchar el murmullo de las olas formando palabras.
- Wow, este lugar es impresionante - exclamó la O.
De repente, vieron una figura verde en el horizonte.
- ¡Es la I! - gritaron al unísono.
Pero algo extraño pasaba: la I estaba atrapada en una red de letras que habían formado un laberinto.
- ¡Ayuda! - gritó la I, intentando liberarse.
Los amigos intentaron ayudarla, pero el laberinto era complicado.
- Necesitamos pensar como un equipo - dijo la A.
- ¡Claro! ¡Vamos a decir palabras clave! - sugirió la E.
- Como “amistad” y “trabajo en equipo” - agregó la O.
Con cada palabra que pronunciaban, el laberinto empezaba a desvanecerse un poco más.
- ¡Sigan así! - animó T, que se había unido a la búsqueda.
Finalmente, con mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron liberar a la I. Ella se sintió tan feliz de ver a sus amigos que comenzó a brillar aún más.
- ¡Gracias, amigos! - exclamó.
- Te extrañamos tanto - dijo la O.
- Nunca más dejaremos que algo así suceda - afirmó la A.
Juntos decidieron regresar al pueblo. Al llegar, todos los habitantes de Letralia estaban esperando.
- ¡La I ha vuelto! - gritaron alegres.
La I, sintiéndose parte fundamental de la comunidad, comprendió cuán importante era para todos. Desde ese día, la I se convirtió en la guardiana de la amistad, recordando siempre a sus amigos que, juntos, eran capaces de superar cualquier obstáculo.
Y así, en Letralia, las letras aprendieron que el trabajo en equipo y la amistad son esenciales para enfrentar cualquier desafío que se presente en el camino. Y nunca volvieron a dejar que la I se sintiera sola.
Colorín colorado, este cuento ha terminado.
FIN.