La gran aventura de las formas
Era una vez en el país de Geometrilandia, un lugar donde las figuras geométricas vivían en armonía. En este mágico lugar habitaban: Cubo, un amigo cuadrado y fuerte; Pirámide, que siempre soñaba con alcanzar las estrellas; y Esfera, una redonda y alegre figura que nunca dejaba de rodar y jugar.
Un día, mientras estaban jugando en el Parque de las Formas, Cubo dijo:
"¡Chicos! Debemos hacer algo emocionante. ¡Vamos a construir la torre más alta del mundo!"
Pirámide se iluminó con la idea.
"¡Sí! Yo puedo ser la base, ¡las pirámides son fuertes y estables!"
Esfera, divertido, agregó:
"Pero yo tengo que rodar, ¡no puedo quedarme quieto!"
Entonces, Cubo tuvo una idea brillante.
"Podemos turnarnos. Yo seré el primer nivel, después Pirámide podrá poner su parte y, finalmente, Esfera puede ser la decoración que decore la cima."
Emocionados, los amigos pusieron manos a la obra. Cubo comenzó con su popular forma cuadrada, apilando sus lados en un fuerte y sólido nivel. Pirámide, concentrada, siguió con su diseño puntiagudo. Pero cuando llegó el momento de que Esfera hiciera su parte, sucedió algo inesperado.
"¡Espera!" - dijo Esfera, rodando de un lado a otro. "No puedo quedarme quieta. Si me pongo en la cima, ¡voy a rodar y caer!"
Los amigos se pusieron a pensar en una solución.
"Tal vez yo pueda sostenerte con mis esquinas" - propuso Cubo.
"¡Sí! Pero solo si soy la base de la cima, necesito algo para mantenerme en su lugar" - sugirió Esfera.
Así que acordaron: Cubo sostendría a Esfera, y Pirámide se aseguraría de que todos tuvieran el equilibrio perfecto. ¡La torre se veía increíble! Pero justo en ese momento, un viento fuerte apareció en Geometrilandia.
"¡Oh no!" - gritó Cubo, sintiéndose inseguro.
"Yo puedo cubrirlos" - dijo Pirámide, intentando proteger a sus amigos con su parte puntiaguda. Pero el viento era demasiado fuerte y empezó a hacer tambalear la torre. Todos comenzaron a asustarse:
"¡No! ¡La torre se caerá!" - exclamó Esfera, rodando frenéticamente.
Y en lugar de asustarse, Cubo, Pirámide y Esfera decidieron actuar. Juntos formaron un triángulo: Esfera se acurrucó entre las esquinas de Cubo mientras Pirámide se apoyaba sobre ellos, formando una barricada contra el viento. Y aunque la torre tembló, ¡no se cayó!
Cuando el viento finalmente cesó, todos miraron hacia arriba y vieron que su hermosa torre seguía en pie.
"¡Lo logramos!" - gritó Esfera, saltando de alegría.
"¡Gracias a que trabajamos juntos!" - sonrió Pirámide.
"Y gracias a haber aceptado nuestras habilidades. Cada uno de nosotros tiene su propia forma de contribuir" - concluyó Cubo.
Desde ese día, Cubo, Pirámide y Esfera aprendieron que, aunque son diferentes, sus fortalezas y debilidades se combinan de manera magnífica. Juntos son más fuertes y pueden enfrentar cualquier desafío.
Y así, en Geometrilandia, siguieron jugando, construyendo y creciendo, recordando siempre que la verdadera magia está en la amistad y el trabajo en equipo. Fin.
FIN.