La Gran Aventura de Lía y su Sombrero Amarillo
En un pueblo muy lindo, había una niña llamada Lía. Lía tenía un sombrero amarillo que le encantaba. Un día, salió a jugar al parque con su amigo Pedro. - ¡Vamos a buscar un tesoro! - dijo Lía emocionada. - ¡Sí! - gritó Pedro. - ¡Aventura!
Lía y Pedro comenzaron a buscar debajo de los árboles. Miraron en un arbusto, pero solo encontraron mariquitas. - ¡Mira, Pedro! - dijo Lía. - Son muy lindas.
Siguieron buscando y encontraron una piedra brillante. - ¡Mirá! - dijo Pedro. - ¿Es un tesoro?
- No creo - dijo Lía. - Pero podemos llevarla.
Caminando, se dieron cuenta de que el sombrero amarillo de Lía voló con el viento. - ¡Mi sombrero! - gritó Lía.
Fue corriendo tras el sombrero que volaba alto. - ¡Vuelve, sombrero!
El sombrero se posó en una rama. Lía miró hacia arriba. - No puedo alcanzarlo - dijo Lía triste.
Pero Pedro tuvo una idea. - ¡Lía, usa la piedra brillante!
- ¿Qué? - preguntó Lía. - ¿Cómo?
- Seguro que sirve para algo - respondió Pedro.
Lía se puso a pensar. Entonces empezó a saltar con la piedra en la mano. - ¡1, 2, 3! - gritó.
Y salta, salta, ¡ZAS! La piedra chocó con otra piedra. ¡Boom! Un montón de flores crecieron de repente.
- ¡Mirá eso! - dijo Lía. - ¡Es mágico! - Pedro también estaba sorprendido.
Las flores se alzaron y cubrieron el lugar. Lía, llena de alegría, saltó entre las flores. - ¡Es un jardín!
Pero Lía quería su sombrero. - ¡Con flores puedo llegar! - pensó. Se trepó encima.
- ¡Casi lo logro! - gritó.
El sombrero seguía en la rama.
Pedro la animó. - ¡Un salto más, Lía!
- ¡Voy! - dijo Lía con fuerza. Y saltó.
¡ZAP! Agarró su sombrero amarillo. - ¡Lo tengo! - gritó feliz.
- ¡Eres una gran exploradora! - festejó Pedro.
Juntos jugaron en el jardín lleno de colores. Lía aprendió que con amigos, todo es posible.
- Gracias, Pedro. - dijo Lía. - ¡Hicimos un gran descubrimiento!
Y así, con su sombrero amarillo y su amigo Pedro, Lía siguió explorando y buscando nuevos tesoros.
FIN.