La Gran Aventura de Lila y su Sueño



Era una vez en un pequeño pueblo lleno de colores, donde vivía una niña llamada Lila. Lila era conocida por su risa contagiosa y su espíritu aventurero. Sin embargo, había algo que la asustaba: el miedo a la oscuridad. Cada vez que se apagaban las luces, Lila se sentía pequeña y vulnerable.

Una noche, mientras miraba por la ventana de su habitación, Lila vio una estrella fugaz. "¡Una estrella! ¡Debo pedir un deseo!" - exclamó con emoción.

Cerró los ojos y pidió con todas sus fuerzas: "Deseo no tener miedo a la oscuridad. Quiero ser valiente y explorar el mundo de los sueños".

Al irse a dormir, Lila se encontró en un mundo mágico lleno de luces brillantes y criaturas encantadas. "¡Hola!" - dijo un hada llamada Lumina, que volaba alrededor de ella. "Bienvenida a la Tierra de los Sueños. Aquí, la oscuridad es solo un trampolín para la magia".

Lila sonrió, sintiéndose más cómoda. Decidió seguir a Lumina, quien le dijo: "Vamos a jugar unos juegos. En este lugar, la diversión nunca se acaba".

Jugaron a atrapar estrellas y a saltar en nubes de caramelo. Pero de repente, el suelo se empezó a temblar y Lila cayó en un túnel de luces y colores. No tenía miedo porque sabía que estaba en un sueño. Cuando finalmente aterrizó, se encontró en una sala llena de sorpresas y risas.

"Bienvenida a la Fiesta de la Desilusión" - anunció un pequeño duende llamado Ripio. "Aquí la sorpresa está en cada esquina".

Ellos bailaron, jugaron y disfrutaron entre risas. Lila descubrió que estaba rodeada de juguetes que cobraban vida y le revelaron que cada uno de ellos había sido creado por un niño que alguna vez había tenido miedo.

"¿Cómo pueden ser tan felices?" - preguntó Lila, intrigada.

"Porque aprendieron que el miedo es solo una sombra que desaparece cuando encuentran la luz de la valentía" - contestó un oso de peluche que la había escuchado.

Lila, sintiéndose inspirada, decidió ser valiente y compartir su experiencia con otros niños. Así, en la fiesta, se organizó un gran cuento donde todos los juguetes contaban historias de cómo enfrentaron sus propios miedos.

"El miedo solo se vuelve pequeño cuando comienzas a jugar con él" - dijo Lumina, al ver el brillo en los ojos de Lila.

Después de una noche llena de alegría y sorpresas, Lila sintió que había aprendido una valiosa lección. "¡No más miedo! Mañana contaré a mis amigos sobre esta aventura" - proclamó, antes de despedirse de sus nuevos amigos.

Cuando Lila despertó en su cama, el sol brillaba y el miedo que solía sentir en la oscuridad ya había desaparecido.

Desde ese día, cada vez que caía la noche, en lugar de temer, Lila sonreía y se aventuraba en nuevas historias, ya que sabía que tenía el poder de vencer cualquier miedo. Nunca olvidó la Fiesta de la Desilusión y cómo el juego había iluminado su camino hacia la valentía.

Así, con su corazón lleno de coraje, Lila se aventuró en el mundo real, recordando siempre que es posible darle la mano al miedo y convertirlo en una gran aventura.

FIN.

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