La Gran Aventura de los Animales de la Granja
Era un día soleado en la granja, y los animales estaban muy emocionados porque, según los rumores, una jirafa había llegado al bosque que estaba justo al lado de su hogar.
"¡Quiero conocer a esa jirafa!" dijo la vaca, mientras rumiaba un poco de pasto.
"Yo también, me encantaría saber cómo es ser tan alta" agregó el cerdo, moviendo su colita de felicidad.
La gallina, picoteando el suelo, levantó la vista y dijo: "¡Si ya la veo desde aquí! Pero está tan lejos..."
"¿Y cómo haremos para hablarle?" preguntó la oveja, mirando hacia el cielo, pero la jirafa estaba demasiado alta y lejos.
Intentaron gritarle, pero sus voces apenas llegaron a la altura de su cuello. "¡Ey, jirafa!" chilló el cerdo, pero la jirafa simplemente giró su cabeza hacia el lado, sin entender.
"Esto es muy frustrante", se quejó la vaca. "Aunque hablemos, no nos va a escuchar."
"Ya sé, ¿y si subimos a un árbol?" propuso la gallina, pero al mirar el árbol más cercano vio que era imposiblemente alto para ellos.
De repente, un simpático mono que estaba paseando por la selva escuchó el alboroto.
"¡Hola, amigos de la granja! ¿Qué les pasa?" preguntó el mono haciendo malabares con una banana.
"Queremos hablar con la jirafa, pero no podemos alcanzarla", explicó la oveja, algo desanimada.
"¡Yo puedo ayudar!" dijo el mono emocionado. "Puedo escalar y hablarle en su idioma. ¡Ustedes solo tienen que decirme qué quieren!"
Los animales se miraron entre sí y saltaron de alegría.
"¡Genial! Queremos invitarla a jugar con nosotros en la granja", dijo la vaca.
Con una sonrisa, el mono subió rápidamente un árbol y comenzó a balancearse de una rama a otra.
Al llegar a la altura de la jirafa, le dijo: "¡Hola, jirafa! Soy el mono de la granja. Los animales quieren invitarte a jugar y conocer tu altura. ¿Quieres ir?"
La jirafa, curiosa y emocionada, respondió: "¡Sí! Me encantaría conocer a tus amigos. ¡Siempre he querido jugar en la granja!"
Mientras tanto, los animales de la granja esperaban con entusiasmo. De pronto, el mono volvió corriendo.
"¡Viene! ¡Viene!" gritó mientras hacía volteretas.
En cuestión de minutos, la jirafa llegó, y todos se quedaron boquiabiertos. Era hermosa, con su largo cuello y su suave pelaje.
"¡Hola a todos! Soy Giraffina", dijo la jirafa, inclinando un poco su cabeza para brindarles un saludo.
"¡Hola, Giraffina! ¡Te estábamos esperando!" respondió el cerdo, saltando de felicidad.
Y así comenzó una hermosa amistad. Giraffina mostró a todos cómo era ver el mundo desde lo alto, y hasta les enseñó a buscar frutas en los árboles más altos.
"No sabía que había tanta variedad cerca de aquí", exclamó la gallina, mientras picoteaba una fruta desconocida que le había traído Giraffina.
Al final del día, todos estaban cansados pero felices. La jirafa también había aprendido a jugar en la granja, disfrutando del barro con el cerdo y corriendo en círculos con la vaca y la oveja.
"Gracias por invitarme, amigos. Es maravilloso tener amigos de diferentes tamaños", dijo Giraffina, mirando a todos con ternura.
"Y gracias a vos, mono, por ayudarnos a comunicar nuestra invitación", dijo la vaca, llena de gratitud. De esta manera, la granja se volvió un lugar más divertido y diverso.
Desde aquell entonces, cada vez que se escuchaba un alboroto en la granja, todos sabían que era porque Giraffina venía a visitar a sus amigos, y el mono siempre mantenía a todos conectados entre sí.
La amistad no tiene medidas, y así lo demostraron los animales de la granja y la jirafa, quienes aprendieron que con esfuerzo y colaboración, pueden superar cualquier obstáculo.
FIN.