La Gran Aventura de los Animales de la Selva



En una selva llena de árboles altos y ríos que parecen espejos, vivía una pequeña y curiosa lorita llamada Luli. Su plumaje era verde como las hojas frescas, y tenía un corazón lleno de ganas de explorar. Un día decidió organizar una gran expedición para conocer a todos sus amigos animales.

Luli voló alto y, cuando llegó al claro de la selva, encontró a su mejor amigo, Tino el tigre.

"¡Hola, Tino! Vamos a explorar la selva. ¿Querés venir?"

"¡Sí, Luli!", respondió Tino, moviendo su cola con emoción. "Quiero ver todo lo que hay más allá de nuestros árboles."

Juntos, fueron a buscar a sus otros amigos: Ciri la serpiente, que dormía en una rama, y también a Nino el mono, que estaba saltando entre las lianas.

"¡Ciri! ¡Nino! ¡Vengan! Vamos a tener una gran aventura en la selva!" gritó Luli.

"¿Una aventura? Suena divertido. ¡Voy!", dijo Nino, dando un salto y uniéndose al grupo.

"¡Esperen! Yo también quiero ir", susurró Ciri, deslizándose por la rama y uniendo su cuerpo al grupo.

Con todos listos, Luli lideró el camino, sobrevolando el río que atraía a muchos coloridos peces.

"¡Miren esos peces!", gritó, apuntando con su ala.

"¡Son hermosos!", exclamó Tino.

Siguieron explorando y encontraron flores gigantes de muchos colores.

"¡Qué lindas son!", dijo Nino mientras olfateaba una flor amarilla.

"Cuidado, Nino, no te caigas", advirtió Tino, pero en ese momento, Nino se deslizó y cayó en la flor.

"¡Ayuda! ¡Me quedé atrapado en los pétalos!"

Rápidamente, Luli voló hacia él,

"No te preocupes, yo te ayudaré", y usando su pico, empezó a despejar los pétalos.

Con el apoyo de Tino y Ciri, lograron liberar a Nino.

"¡Gracias amigos!", dijo Nino, un poco avergonzado pero feliz.

"Esta aventura está siendo increíble, pero tenemos que ser más cuidadosos", dijo Ciri.

El grupo continuó su camino, disfrutando de los sonidos de la selva: el croar de las ranas, el silbido del viento entre las hojas y el canto de los pájaros. De repente, se encontraron con un misterioso túnel de plantas espinosas.

"¿Qué será eso?", preguntó Tino nerviosamente.

"¡Vamos a ver!", dijo Luli, llena de valentía.

Pasaron a través del túnel y, para su sorpresa, descubrieron un claro lleno de frutas de todos los colores.

"¡Frutas!", gritó Nino, saltando hacia un mango.

"Es un festín. ¡Vamos a probar!", exclamó Luli emocionada.

Todos comenzaron a probar las frutas deliciosas, riendo y disfrutando de su descubrimiento. Después de comer, Luli somnolienta dijo,

"¿No sería genial que tuviéramos una fiesta con todos los otros animales?"

"¡Sí!", respondieron todos al unísono.

Así que esa tarde, organizaron la primera fiesta de la selva. Invitaron a todos sus amigos: los elefantes, los venados, y hasta a los pájaros de colores.

"¡Esta es la mejor aventura de todas!", dijo Tino mientras bailaba.

"Lo que más me gusta es estar con ustedes", agregó Ciri.

La selva se llenó de risa y baile, y al caer la noche, mientras el cielo se llenaba de estrellas, Luli dio un último mensaje.

"Hoy aprendí que explorar es divertido, pero compartir la aventura y pasar tiempo con amigos es lo mejor de todo".

Y así, la gran fiesta en la selva terminó, dejando en el aire el eco de cantos y risas, y el espíritu de la amistad floreciendo entre todos los animales.

FIN.

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