La Gran Aventura de los Animales del Bosque
Había una vez, en un bosque vibrante lleno de vida y música, un grupo de amigos muy especiales: Dalia la Delfín, Leo el León, Eleonora la Elefanta, Jirafina la Jirafa, Ballenita la Ballena y Conejito el Conejo. Aunque venían de diversos hábitats, habían encontrado la manera de ser amigos y vivir aventuras juntos cada día.
Un soleado día de primavera, mientras exploraban el bosque, Dalia dijo:"¡Chicos, han escuchado sobre el Gran Festival de la Comida de la Selva? ¡Se dice que es la mejor fiesta del año!"
Todos se emocionaron. Leo, siempre con gran energía, exclamó:"¡Vamos a participar! ¡Quiero ser el rey de esta fiesta!"
Entonces, decidieron preparar algo especial para el festival. Pero cada uno tenía un tipo de alimento diferente que podían traer. Dalia, siendo un delfín, explicó:"A mí me encantaría traer frutas del mar, pero vivo en la playa. ¡Quizás podríamos pedirle ayuda a mis amigos en el océano!"
Los amigos acordaron que esto era buena idea. Leo, con su fuerte voz y coraje, se ofreció a acompañar a Dalia hasta la playa, y Eleonora se unió porque quería ver el océano.
Mientras tanto, Jirafina, con su largo cuello, decidió ir al campo a recoger las hojas verde brillantes que tanto le gustaban. Ella dijo:"¡Las hojas frescas son siempre un buen aporte para la fiesta!"
Conejito, siempre dibujando en su mente imágenes de zanahorias crujientes, propuso:"Yo iré a buscar la mejor comida que pueda encontrar. Algunas zanahorias y lechugas siempre son bienvenidas."
Así que, cada uno se fue a cumplir su misión. Pero al llegar a la playa, Dalia se dio cuenta de que las olas estaban muy altas. Ella se sentía un poco asustada al pensar en entrar al agua.
Leo, notando que su amiga no estaba segura, le dijo:"¡No te preocupes, Dalia! Si te agarras de mi cola, te guiaré. ¡Confía en mí!"
Dalia sonrió, y entonces, con mucha valentía, se dejó llevar por Leo hasta el agua. Allí conocieron a Pulpo Pablito, quien les ofreció una gran variedad de frutas del mar. Dalia entusiasmada exclamó:"¡Esto será perfecto para la fiesta!"
Mientras tanto, Jirafina estaba recogiendo hojas, cuando de repente se dio cuenta de que no podía alcanzar unas hojas muy frescas que estaban en la cima de un árbol alto. Se sintió algo desanimada.
Pero Conejito la encontró y le dijo:"No te preocupes, ¡yo puedo ayudarte!"
Conejito subió con astucia por las ramas y logró alcanzar las hojas que tanto quería Jirafina. Jirafina sonrió y le agradeció:"¡Eres un gran amigo, Conejito!"
Mientras tanto, Eleonora estaba buscando mariscos cerca del océano cuando apareció una ballena gigante, que se asomó en la distancia. Era Ballenita, quien quería unirse a la búsqueda de alimentos.
Eleonora gritó:"¡Ballenita! ¡Ven aquí! ¡Estamos organizando el Gran Festival de la Comida de la Selva!"
Ballenita se acercó, y dijo:"¡Qué divertido! Puedo traer grandes algas y algunos peces interesantes. ¡A los demás les encantarán!"
Finalmente, después de un día lleno de trabajo en equipo, todos los amigos se reunieron en el centro del bosque, emocionados con sus aportes para la fiesta. Dalia trajo las frutas del mar, Leo trajo su energía, Eleonora trajo nueces grandes, Jirafina sus hojas frescas, Conejito sus crujientes zanahorias y Ballenita algunas algas y peces raros.
El Gran Festival de la Comida de la Selva fue un éxito. Todos bailaron y compartieron la comida, contando historias sobre sus aventuras. Dalia dijo:"¡Aprendí que trabajar juntos hace todo más divertido!"
Desde ese día, se prometieron siempre ayudarse y compartir sus alimentos, recordando que cada uno tenía algo especial para aportar. Y así, los amigos aprendieron que, aunque eran diferentes, juntos eran más fuertes y hacían del mundo un lugar mejor.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.