La Gran Aventura de los Huellitas
Era un día soleado en Valencia, y las calles estaban llenas de risas y alegría. A dos meses de la Navidad, todos esperaban con ansias la llegada de las fiestas. Pero un día, una gran tormenta se desató, y una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) llegó a la ciudad, trayendo consigo fuertes lluvias que desbordaron los ríos y tapizaron de agua las calles.
Las pequeñas criaturas del bosque que vivían cerca de la ciudad, los Huellitas, estaban preocupadas. "¡Oh no! ¿Qué haremos? ¡Todo se está inundando!"- dijo Rayo, un pequeño zorro muy rápido. "Debemos ayudar a nuestros amigos humanos!"- agregó Lila, una conejita de suaves orejas.
Juntos con sus amigos, la tortuga Torti y el pájaro Pico, decidieron que no podían quedarse quietos. "¡Vamos a organizarnos!"- propuso Torti, aunque estaba bastante lento. "Podemos juntar recursos y ayudar a los que lo necesiten." "Pero, ¿cómo lograremos que nos escuchen en medio de todo este ruido?"- se quejó Pico, que no podía volar bajo la lluvia.
Mientras tanto, en las calles, los humanos trataban de rescatar todo lo que podían. Veían cómo el agua llegaba a sus casas y se sentían tristes. La Navidad estaba en peligro. "¿Qué pasará con nuestra fiesta?"- se preguntaba una niña llamada Lucía, mirando por la ventana llena de lágrimas.
Los Huellitas, al ver la tristeza en los rostros de los humanos, decidieron actuar. "¡Tenemos que hacer algo creativo!"- gritó Rayo. "Si podemos hacer ruido, entonces nos van a notar!"- dijo Lila. Comenzaron a recolectar ramitas y hojas, y Pikito, el pájaro, les enseñó a hacer una especie de trompeta con las ramitas. Todos los Huellitas se pusieron a trabajar codo a codo, produciendo un trompeteo desenfrenado, cuya melodía resonaba en toda la ciudad.
Los humanos, sorprendidos por el ruido, salieron a ver qué sucedía. "¿Escuchas eso? ¡Es como una fiesta!"- dice uno de los chicos al ver a los Huellitas. Al mirar bien, reconocieron a los pequeños amigos y pronto, todos estaban al tanto del plan. Lucía, emocionada, exclamó: "¡Debemos trabajar juntos!"-
Los Huellitas y los humanos se unieron, formaron equipos y comenzaron a ayudar. Transportaron cosas a lugares más altos, ayudaron a los perritos atascados y rescataron juguetes que flotaban en el agua. Con cada acción, la tristeza se disipaba. La ciudad parecía más un lugar de trabajo en equipo que un lugar de inundación.
Luego de varios días de esfuerzo, la lluvia finalmente cesó y el agua comenzó a bajar. "¡Lo logramos!"- gritó Torti, aunque estaba cansada. "Hicimos lo mejor que pudimos. Podemos celebrar la Navidad juntos"- añadió Rayo, sintiéndose orgulloso.
Y así fue como se organizó una gran fiesta navideña en el parque más grande de la ciudad, donde Huellitas y humanos compartieron manjares, risas y cuentos. "¡Feliz Navidad a todos!"- dijo Lucía, mientras encendían las luces del árbol navideño.
Desde ese momento, el pueblo de Valencia no solo celebraba la Navidad todos los años, sino que también recordaba la gran aventura en la que humanos y Huellitas unieron fuerzas. La inundación nos enseñó que cuando trabajamos juntos, ¡podemos superar cualquier obstáculo!
FIN.