La gran aventura de Lucas y Mateo


En un bosque encantado vivían el sapo Lucas y el caballo Mateo. A pesar de ser muy diferentes en tamaño y forma, eran grandes amigos y siempre se apoyaban mutuamente en todo lo que necesitaban.

Un día, mientras paseaban por el bosque, escucharon un fuerte ruido proveniente de un pozo cercano. Al acercarse para ver qué sucedía, descubrieron a un pequeño ratón atrapado en el fondo sin poder salir.

"¡Oh no! ¡Tenemos que ayudarlo!" -exclamó Lucas con preocupación. "Sí, pero ¿cómo haremos para bajar hasta allí?" -respondió Mateo pensativo. Fue entonces cuando al sapo se le ocurrió una brillante idea.

Con su lengua larga y pegajosa, podría llegar hasta el ratón y traerlo de vuelta a la superficie. Sin dudarlo ni un segundo, Lucas se deslizó por la cuerda del pozo hasta donde estaba el ratón y con cuidado lo llevó de regreso a la tierra firme.

El ratón agradecido les dijo: "¡Muchas gracias por salvarme! Les estaré eternamente agradecido". Y así, los tres amigos continuaron su camino juntos por el bosque. Pero la aventura no terminaría ahí.

Mientras caminaban, se toparon con un río caudaloso que impedía su avance hacia la salida del bosque. Mateo sabía nadar muy bien, pero tanto Lucas como el ratón tenían miedo al agua. "No te preocupes", dijo Mateo con seguridad. "Yo los llevaré sobre mi lomo hasta el otro lado".

Y así lo hizo. El caballo cargó al sapo y al ratón sobre su espalda y cruzaron juntos el río sin problemas. Una vez del otro lado, los tres amigos se abrazaron emocionados por haber superado juntos otro obstáculo.

Finalmente, llegaron a la salida del bosque donde cada uno tomó su propio camino despidiéndose con tristeza pero con la certeza de que siempre serían amigos inseparables.

Desde ese día en adelante, Lucas aprendió que no importa cuán pequeño o grande seas; lo importante es tener un corazón valiente y dispuesto a ayudar a los demás en todo momento. Y Mateo comprendió que la verdadera fuerza radica en saber trabajar en equipo y apoyarse mutuamente en las dificultades.

Y así fue como el sapo Lucas y el caballo Mateo demostraron que la verdadera amistad puede vencer cualquier obstáculo que se interponga en tu camino.

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