La Gran Aventura de Muni, la Musaraña Gourmet
En un pequeño bosque, lleno de colores y sonidos, vivía una musaraña llamada Muni. Era una musaraña diferente a las demás, porque, en lugar de comer semillas o frutas, Muni se había vuelto famosa por su peculiar gusto: ¡le encantaban las cucarachas y los grillos! Aunque todos los animales del bosque se sorprendían de sus elecciones culinarias, Muni no dejaba que eso la afectara.
Un día, mientras exploraba en busca de un nuevo platillo, Muni escuchó un bullicio. Al acercarse, vio a un grupo de ranas reunidas en una charca. Sin dudarlo, Muni se acercó y preguntó:
"¿Qué sucede, amigas ranas?"
"¡Ay, Muni! Estamos organizando un festival de primavera, pero no sabemos qué comida ofrecer."
"¿Y por qué no ofrecer grillos y cucarachas? ¡Son deliciosos!"
Las ranas se miraron entre sí, sorprendidas, y una de ellas le respondió:
"Pero a nadie le gustan esos bichos. Todos prefieren los insectos dulces y jugosos."
Muni sintió que sus ideas no eran tomadas en serio, pero decidió no rendirse.
"¿Y si hacemos una prueba? Invite a todos los animales del bosque y los sorprendemos con un banquete de mis platillos especiales. ¡Les prometo que les van a encantar!"
Las ranas dudaron, pero finalmente aceptaron la propuesta de Muni. Así que comenzaron a preparar el festival. Unos días después, el claro del bosque se llenó de animales curiosos. Todos se agolpaban alrededor de la mesa decorada con flores y hojas.
Muni, vestida con un pequeño delantal, presentó su primera creación:
"¡Bienvenidos! Hoy les traigo mi famosa ensalada de grillos a la parrilla. ¡Una delicia!"
Los animales comenzaron a murmurar entre ellos. La ardilla más atrevida, llamada Lila, se adelantó y dijo:
"No sé... No suena muy apetitoso."
Pero, al ver a Muni tan confiada, un pequeño pájaro se ofreció a probarlo primero. Al dar el primer bocado, sus ojos se iluminaron.
"¡Es delicioso!" exclamó. "Sabe diferente y muy sabroso."
Animados por esa opinión, otros se atrevían a probar. Uno a uno, empezaron a degustar las diferentes recetas que Muni había preparado, y lo que antes parecían platos extraños se convirtieron en los más apreciados del festival.
"¡Esto es increíble!" gritó un conejo. "Nunca pensé que los grillos pudieran saber tan bien."
Muni sonreía con cada elogio, y sus ojos brillaban de felicidad. El éxito de su comida trajo a los animales más inseparables. Pero no todo era perfecto, porque el día del festival también llegó la hermana de Muni, Tilla, una musaraña tradicional que siempre había comido semillas y frutas. Al ver que su hermana servía grillos y cucarachas, se preocupó.
"Muni, esto es un error. Vos sabés que todas las musarañas debéis comer semillas, ¡no bichos! ¿Por qué no te unes a mí y probamos algo más tradicional?"
Muni, aunque algo nerviosa, respondió:
"Tilla, hay muchas maneras de disfrutar la comida. Quizá te sorprendas si lo intentas. A veces, lo que nos parece diferente puede ser maravilloso."
Tilla miró la mesa llena de encouras y se dio valor. Un poco a regañadientes, decidió probar un bocado. Su expresión de desconfianza se convirtió rápidamente en asombro.
"¡Esto es sorprendentemente bueno!"
"¡Ves! Cada uno tiene su gusto, y no hay nada de malo en ser diferente."
El festival terminó siendo un éxito rotundo. Los animales no solo disfrutaron de las delicias de Muni, sino que aprendieron a abrir su mente a nuevas experiencias. Al final del festival, Muni se dio cuenta de que su amor por las cucarachas y grillos no solo la había hecho feliz, sino que también había permitido que otros disfrutaran y apreciaran el valor de la diversidad.
Desde ese día, Muni y Tilla se convirtieron en el equipo perfecto, combinando recetas tradicionales con sabores nuevos y emocionantes. Y así, el pequeño bosque aprendió que ser diferente es lo que puede unir a todos, y que las aventuras más ricas vienen de intentar algo nuevo. Y, como dice Muni:
"¡La vida es un banquete, y hay que probar de todo para encontrar lo que te hace feliz!"
FIN.