La Gran Aventura de Sofía y la Abuelita María



Era un hermoso día en el pequeño pueblo de Florencina, y en una casa llena de risas y amor, vivía una abuelita llamada María junto a su nieta Sofía. María era una abuelita muy especial, siempre tenía una sonrisa en el rostro y su corazón estaba lleno de historias mágicas.

Sofía, una niña curiosa y llena de energía, pasaba las tardes escuchando a su abuelita contar historias de aventuras pasadas. Su madre, Diana, a veces se unía al relato. Diana era la hija mayor de María y a menudo ayudaba en la casa junto a su hermana Tefis, quienes también eran parte de esta gran familia.

-Un día, Sofía le preguntó a su abuelita"¿Abuela, ¿por qué nunca hemos ido a explorar el bosque? Me han contado que hay árboles gigantes y muchos animales mágicos."

María sonrió, sus ojos brillaban con la idea de una nueva aventura.

-Fue entonces que María decidió que era hora de una excursión al bosque."Vamos a preparar nuestras mochilas y hacerlo juntas, así podrás ver los árboles gigantes con tus propios ojos."

Así que, después de comer unos ricos sándwiches que Diana preparó con amor, Sofía y su abuela se pusieron en marcha hacia el bosque.

Al llegar, Sofía miró con asombro. Los árboles eran realmente inmensos.

-''Abuela, ¡son como torres verdosas!'' -exclamó Sofía.

-''Sí, querida. Y cada uno tiene una historia que contar.'' -respondió María mientras señalaba un árbol más viejo y retorcido"Este es el viejo Roble de los Cuentos. Se dice que quien le escucha, siempre encuentra un tesoro al final de su camino."

Sofía estaba emocionada.

-''¿Podemos escuchar su historia?'' -preguntó ansiosamente.-

-''Claro, pero para eso necesitamos hacer un pequeño ritual. Vamos a rodearlo y pensar en un deseo. Si el viejo Roble lo aprueba, nos contará su historia. ''

Las dos rodearon el árbol con mucha fe. Al terminar, Sofía cerró los ojos y susurró su deseo:

-''Quiero vivir aventuras y encontrar tesoros en este bosque.''

De repente, el viento sopló con fuerza y las hojas comenzaron a moverse como si estuvieran hablando.

-''¿Qué fue eso?'' -preguntó Sofía asustada.-

-''No te preocupes, querida. Es solo el viejo Roble que está escuchando tus deseos.'' -dijo María, con una voz tranquila.

Como si el bosque respondiera a su llamado, un pequeño bicho colorido llamado Lupin apareció.

-''Hola, pequeñas exploradoras, ¿buscan aventuras?'' -preguntó Lupin con una voz chispeante.-

-''Sí, queremos encontrar un tesoro'' -respondió Sofía emocionada.-

-''Síganme, sé un lugar especial, un escondite donde los sueños cobran vida!''

Siguieron a Lupin por un sendero lleno de flores brillantes y árboles altos. Las risas y la alegría resonaban en el bosque. Finalmente llegaron a un claro donde había un lago mágico que reflejaba los colores del arcoíris.

-''Este es el Lago de los Sueños. Aquí, cada uno de ustedes puede ver su mayor deseo hecho realidad.'' -dijo Lupin, señalando el lago.

Sofía, llena de curiosidad, se acercó y miró en el agua. De repente, vio a su abuela joven, corriendo libre entre las flores, llena de alegría.

-''¡Abuela! ¡Mirá! ¡Te veo en el lago!'' -exclamó Sofía.

María sonrió, y vio a su hija Diana corriendo a su lado.

-''Este lago nos muestra lo que llevamos en el corazón, Sofía. Debemos guardarlo siempre presente, esas son nuestras riquezas. No siempre son oro y joyas, sino los momentos de alegría y amor." -dijo María mientras abrazaba a su nieta.

-Pero luego, algo inesperado sucedió... Una nube oscura comenzó a acercarse.

-''¡Rápido! Hay que irnos, el viento traerá la tormenta!'' -gritó Lupin.

María y Sofía siguieron a Lupin de regreso por el sendero, pero pronto se dieron cuenta de que se habían perdido.

-''¿Dónde estamos?'' -preguntó Sofía con un tono de preocupación.

-''Calma, querida. Siempre hay una salida. Tomemos un respiro y recordemos juntos cómo llegamos aquí.'' -dijo María con confianza.-

Lupin los acompañó mientras María le contaba historias sobre el camino perdido, guiando a Sofía a recordar los detalles que habían vivido.

-''Pero abuela, es difícil recordar cuando el miedo me invade'' -confesó Sofía.

-''En esos momentos, piensa en tus tesoros. Piensa en el amor que nos rodea. Eso te hará más fuerte.'' -le respondió María.

De repente, el viejo Roble se hizo visible en la distancia.

-''¡Mirá Sofía, ahí está el viejo Roble! ¡Debemos caminar hacia él!'' -dijo María exclamando de alegría.

Unidos, llegaron al viejo Roble justo antes de que comenzara la tormenta. Ambos se abrazaron, sintiéndose seguros.

-''Las tormentas siempre son temporales, querida. Después de la lluvia, el sol brilla de nuevo. Nunca olvides esto'' -dijo María.

-''Lo sé, abuela. Siempre estaré contigo" -respondió Sofía mientras sonreía.

Al final de ese día, Sofía no solo había descubierto un bosque mágico, sino también la fortaleza que lleva en su corazón gracias a la sabiduría de su abuela María, y a la belleza de tener a su familia unida.

Nunca olvidaron la aventura del bosque, y cada vez que Sofía sentía miedo o incertidumbre, recordaba la travesía y sonriendo, sabía que el amor de su familia siempre la guiaría al camino adecuado.

FIN.

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