La Gran Aventura de Zoo, la Vaca y sus Amigos



Había una vez, en un tranquilo campo de Argentina, una vaca llamada Zoo. Zoo era una vaca curiosa, siempre mirando más allá del horizonte, soñando con aventuras más allá de su granja. Un día, mientras pastaba, escuchó un ruido extraño que provenía de la orilla del río que pasaba cerca de su hogar.

"¿Qué será eso?"- se preguntó Zoo. Decidió investigar.

Al acercarse al río, se encontró con Bella, una tortuga que estaba atascada entre unas ramas.

"Ayuda, por favor!"- gritó Bella.

"No te preocupes, voy a ayudarte!"- respondió Zoo. Usando su gran cuerpo, empujó las ramas hasta liberarlas.

"¡Gracias, Zoo! Eres muy fuerte! ¿Te gustaría dar un paseo por el río?"- ofreció Bella.

Zoo siempre había querido conocer el río, así que aceptó. Juntas se subieron a una balsa hecha de troncos y comenzaron a navegar. Allí, Zoo pudo ver paisajes hermosos y a otros animales que vivían a la orilla. De repente, escucharon un grito.

"¡Socorro!"- venía de la orilla. Era un patito que había caído en el agua.

"¡Rápido, tenemos que ayudarlo!"- exclamó Zoo.

"Yo puedo nadar, pero no puedo salir. Te necesito, Zoo"- dijo Bella.

Zoo se lanzó al agua y alcanzó al patito. Lo tomó con cuidado y lo llevó de vuelta a la orilla.

"¡Gracias, gracias!"- decía el patito, que se llamaba Pablo.

Zoo, Bella y Pablo, que ahora eran amigos, decidieron explorar juntos. Se adentraron en el bosque cercano. Allí, conocieron a Lobo, un joven lobo que estaba triste porque no podía jugar con los otros lobos debido a que era más tímido.

"¿Por qué no te unes a nosotros?"- le preguntó Zoo.

"No sé, ellos son muy rápidos y fuertes. Además, soy diferente"- contestó Lobo.

"No tienes que preocuparte por ser diferente, todos tenemos algo especial que ofrecer"- le dijo Bella.

Lobo decidió darles una oportunidad. Mientras iban más adentro del bosque, se encontraron con un lago. El agua era cristalina y había peces saltando por el aire.

"¡Mirá eso!"- gritó Pablo.

Los amigos decidieron acercarse. Al llegar, se dieron cuenta de que los peces estaban haciendo un concurso de saltos.

"¡Podemos participar!"- dijo Bella emocionada. Cada uno de ellos tuvo su turno. Zoo, que no podía saltar como los demás, usó su fuerza para hacer olas en el agua, lo que hizo que los peces saltaran más alto.

"¡Eso fue increíble!"- gritó uno de los peces. Todos celebraron la participación y se dieron cuenta de que lo importante no era ganar, sino divertirse y trabajar juntos.

Sin embargo, mientras se divertían, una nube oscura apareció en el cielo. Zoo sintió miedo.

"¿Qué pasará si llueve?"- preguntó.

"¡No te preocupes! Podemos encontrar un lugar para refugiarnos!"- animó Lobo.

Todos corrieron hacia el bosque. Encuentran una cueva donde pudieron resguardarse.

Pasaron un tiempo juntos en la cueva, hablando y riendo. Zoo se dio cuenta de que, aunque eran diferentes, cada uno tenía algo especial que ofrecer y que eso los hacía fuertes juntos. Al final, la lluvia pasó y, cuando salieron, encontraron el bosque bañado de una luz dorada.

"Miren, un arcoíris!"- exclamó Zoo.

"¡Esa es nuestra señal de que somos un gran equipo!"- dijo Bella, sonriendo.

Desde ese día, Zoo, Bella, Pablo y Lobo se hicieron inseparables. Recordaron siempre que, aunque eran distintos, juntos podían lograr cualquier aventura.

FIN.

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