La Gran Aventura del Alfabeto



Había una vez en un colorido mundo llamado AlfabetoLandia, donde vivían todas las letras del alfabeto. Cada letra tenía su personalidad única y un papel especial en las palabras que formaban. Un día, la Reina Vocal A, decidió organizar un gran desfile para mostrar lo maravillosas que eran cada una de ellas.

"- ¡Hola, amigas! ¡El desfile de AlfabetoLandia se celebrará mañana! - anunció emocionada la Reina A, que siempre estaba rodeada de sus grandes amigas, la E, la I, la O y la U. - ¡Quiero que todas estén listas y alineadas en el orden correcto!"

Pero algo extraño empezó a suceder. La Letra B, que siempre había sido muy juguetona, se acercó a la Letra C y le dijo:

"- ¿Por qué no hacemos que el desfile sea un poco más interesante? - propuso B con una sonrisa pícara. - Saltamos de nuestro lugar un par de letras. Eso generará un gran revuelo. ¡Que comience la diversión!"

La C, encantada con la idea traviesa de B, asintió rápidamente. Así que B y C empezaron a hacer travesuras, y en un abrir y cerrar de ojos, la D se unió a ellas. Lo que no sabían era que su travesura podría complicar las cosas para el desfile.

Al día siguiente, mientras las letras se preparaban, la Reina A miro la fila y se dio cuenta de que algo no estaba bien.

"- ¿Dónde están la B, la C y la D? - preguntó extrañada. - No puedo verlas y el desfile necesita ser perfecto. Son parte del alfabeto y deben seguir el orden."

Mientras tanto, B, C y D disfrutaban desfilando en un desorden total, riendo y divirtiéndose.

"- ¡Miren cuántos saltitos podemos hacer! - exclamó C. - ¡El orden es aburrido!"

Sin embargo, pronto se dieron cuenta que algo andaba mal. Sin el orden adecuado, no podían formar palabras. Las letras, su cometido más importante. Y esto generó un gran caos en AlfabetoLandia.

"- No puedo entender a qué se refieren las letras sin su orden adecuado. ¡Ayúdenme, necesito ser parte del desfile! - gritó la letra Z.

Los demás parecían confundidos.

"- ¡Perdón! - dijo B, preocupada. - Tal vez fue una mala idea."

Totalmente desorientadas, decidieron buscar a la Reina A. Se apresuraron a encontrarla, y cuando llegaron, la Reina A estaba organizando a las otras letras, que estaban formando una fila perfectamente alineada.

"- ¡Qué lío hicimos! - dijo D, desesperada. - No sabemos cómo volver al orden."

La Reina A las miró con ternura y dijo:

"- No se preocupen, amigas. Podemos arreglar esto juntas. Volver al orden es fácil, solo debemos recordar nuestro lugar en el alfabeto. Repitan conmigo: A, B, C, D..."

Y así, la Reina A comenzó a recitar las letras del alfabeto una por una.

La B, con gran entusiasmo, comenzó a repetir después de la Reina. "A, B. C, D. E…".

Las demás se unieron, formando una bella armonía de voces mientras iban cantando su orden.

Sin darse cuenta, se fueron alineando nuevamente – C, D y B se pusieron tras de la A.

"- ¡Funciona! - dijeron emocionadas. - ¡Estamos de vuelta en el orden correcto!"

La Reina A se sonrió al ver a sus amigas alineadas perfectamente.

"- Ahora sí estamos listas para el desfile. Recuerden, cada letra tiene su lugar y todos juntos hacemos palabras hermosas. - dijo con orgullo."

El desfile comenzó, brindando colores, música y felicidad a todo AlfabetoLandia. Las letras bailaban al ritmo de las palabras que formaban, creando canciones alegres y llenas de rimas.

"- ¡Viva el alfabeto! - gritó la letra Y, saltando de alegría.

"- Todos somos importantes, ¡cada letra cuenta! - enfatizó la Reina A."

Y desde entonces, B, C, D, y todas las demás letras nunca olvidaron lo vital que era mantener su orden, no solo para el desfile, sino para que las palabras existieran en su mundo mágico.

Y así, cada año, celebraban su gran desfile, hablando del orden del alfabeto, siempre recordando aquella travesura que casi arruina todo, pero que terminó creando un vínculo aún más fuerte entre las letras de AlfabetoLandia.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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