La gran aventura del bodegón colorido
Había una vez un lápiz llamado Lalo que vivía en la mesa de un pequeño taller de arte. Lalo soñaba con crear hermosas obras en un papel bien blanco. Un día, decidió que era momento de hacer algo grande. "¡Voy a pintar un bodegón!"- se dijo a sí mismo.
Salió a buscar el papel perfecto y encontró a su amigo Pablo, un papel muy suave y brillante. "¡Hola, Pablo! ¿Quieres ayudarme a crear algo especial?"- le preguntó Lalo. "Claro, siempre que me dibujes algo hermoso"- respondió Pablo emocionado.
Entonces, Lalo trazó un bosquejo de frutas y flores en Pablo. Pero, al ver un pequeño error, se sintió triste. "Ay, no puedo creer que haya hecho eso"- se quejó. Justo entonces llegó Goma, la goma de borrar, que siempre sabía qué hacer. "No te preocupes, Lalo. Solo necesitas un poco de ayuda"- dijo Goma, mientras empezaba a borrar el error. "¡Mirá, ya está!"- añadió, dejando el papel impecable.
"¡Gracias, Goma! Eres una gran amiga"- exclamó Lalo, lleno de alegría. Ahora que todo estaba listo, era momento de darle color a la obra. Fue entonces cuando conocieron a Acuarela, una pintura líquida que revoloteaba llena de energía. "¡Hola, amigos! ¡Puedo hacer que sus colores brillen como el arcoíris!"- gritó Acuarela. Lalo y Pablo se miraron con emoción y aceptaron su ayuda.
Con ayuda de Acuarela, llenaron las frutas y flores de colores vibrantes. Sin embargo, no todo salió como esperaban. "Oh no, algunos colores se mezclaron un poco demasiado"- dijo Lalo, preocupado. Justo en ese momento, el Pincel, un amigo elegante con cerdas suaves, llegó a rescatar la situación. "¡Déjenme ayudar!"- dijo Pincel, mientras suavemente difuminaba los colores hacia el lugar correcto. "¡Eso es, así!"- aplaudieron Lalo y Pablo.
Cuando el bodegón ya había tomado forma, apareció Óleo, el maestro del color que podía dar un toque especial a cualquier pintura. "¡Hola, amigos! Si me dejan, les mostraré cómo resaltar los colores"- dijo Óleo. Lalo, Pablo y Acuarela estaban ansiosos por ver el resultado.
Óleo aplicó unos toques mágicos en ciertas partes del bodegón, y de repente, todo brilló con una vida nueva. "¡Increíble!"- exclamaron todos. Al terminar el trabajo, se dieron cuenta de que lo único que faltaba era un marco.
"¡Necesitamos un marco hermoso!"- dijo Goma. Entonces, todos buscaron al Marco, un marco de madera que siempre tenía una sonrisa. "¿Querés que enmarque esa obra de arte?"- preguntó Marco con entusiasmo. "¡Por supuesto!"- respondieron todos al unísono. Marco encuadró el bodegón y, cuando lo vieron terminado, se quedaron asombrados. "¡Es maravilloso!"- gritaron todos.
En ese momento, se dieron cuenta de que cada uno había jugado un papel importante en la creación de la obra. Lalo, Pablo, Goma, Acuarela, Pincel y Óleo miraron su pintura con orgullo. "¡Juntos podemos hacer grandes cosas!"- dijo Lalo. "Sí, como un verdadero equipo de artistas"- agregó Goma.
Y así, con una mezcla de risas y colores, cada uno siguió su camino, listo para nuevas aventuras creativas, mientras el hermoso bodegón brillaba en la pared del taller.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.