La Gran Aventura del Oso Come Mucho



Había una vez un oso llamado Oso, que vivía en un bosque cercano a una escuela. Oso era conocido por ser muy amigable, pero también por tener un apetito enorme. A pesar de su gran tamaño, era un oso muy tranquilo y cariñoso.

Un día, Oso decidió que quería hacer nuevos amigos, así que se acercó al grupo de niños que salían de la escuela. Entre ellos estaba Buddy, un chico entusiasta que siempre tenía una sonrisa en el rostro.

"¡Hola, Oso! ¿Te gustaría jugar con nosotros?" - preguntó Buddy emocionado.

"¡Claro! Me encantaría jugar. Pero, eh... también tengo mucha hambre" - respondió Oso algo tímido.

Los niños comenzaron a reírse y Oso se sonrojó. Pero no dejaron que eso lo desanimara. Buddy tuvo una idea brillante.

"Oso, ¿y si organizamos un picnic?" - sugirió Buddy.

"¡Esa es una gran idea!" - dijo Oso con ojos brillantes.

"Podemos hacer un concurso de sándwiches para ver quién trae el más delicioso" - agregó un niño llamado Pepe, que siempre estaba listo para comer.

"Yo traigo los ingredientes para los sándwiches, ¿y ustedes?" - dijo Oso, emocionado.

Los niños se fueron a casa para traer lo que pudieran. Al final del día, Oso, Buddy y Pepe se reunieron en el bosque con una gran manta y una montaña de comida.

Cuando todos se sentaron a comer, Oso comenzó a preparar sus sándwiches.

"Miren, estoy haciendo uno con fresas, miel y un poco de crema" - dijo Oso, mientras extendía las manos grandes para hacer el sándwich.

"Yo traje atún y palta, ¡es muy rico!" - comentó Buddy.

Pepe, que había traído su pan de chocolate, no podía esperar para probarlo.

"¡Esto va a ser un festín!" - exclamó Pepe, y a todos les dio hambre al ver la comida.

Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo y todos comían, Oso notó que había un pequeño problema. Buddy y Pepe se empezaban a sentir incómodos.

"Eh, Oso... creo que deberíamos compartir un poco más, ¿no?" - dijo Buddy, mientras se frotaba la pancita.

Oso se dio cuenta de lo que estaba pasando. Se había emocionado tanto con la cantidad de comida que no estaba dejando que sus amigos disfrutaran.

"¡Claro que sí! Perdón, chicos. Puedo dividirlo en partes más pequeñas" - y comenzó a porcionar los sándwiches para que todos pudieran tener suficiente.

"¡Eso es más justo!" - sonrió Pepe mientras tomaba un bocado de sándwich.

Oso se sintió mejor, pues comprendió que compartir era tan importante como comer. Después de la comida, empezaron a jugar una serie de juegos juntos, como escondidas y carreras. Oso demostró que, aunque era más grande, podía ser igual de rápido y divertido que los demás.

"¡Eres un gran amigo, Oso!" - dijo Buddy mientras se reían todos juntos.

"Gracias por invitarme a su escuela. Nunca pensé que podría tener amigos tan especiales!" - respondió Oso.

Al caer la tarde decidió que haría del picnic una actividad regular. Todos aprendieron la importancia de compartir, de jugar juntos y como eso hacía que la diversión fuera aún mayor.

Desde ese día, Oso, Buddy y Pepe se convirtieron en amigos inseparables. Juntos exploraron el bosque, compartieron más picnics y aprendieron valiosas lecciones sobre amistad, colaboración y la importancia de cuidar de los demás.

Y así, Oso, el oso come mucho, descubrió que lo mejor de la vida no era llenar su pancita, sino el amor y la alegría de tener amigos con quien compartir cada aventura. Y cada vez que se reunían, Oso siempre se aseguraba de que todos tuvieran algo delicioso para comer, porque ahora sabía que compartir era el verdadero sabor de la amistad.

FIN.

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