La gran aventura en busca de la libertad



Había una vez en la granja "La Libertad" un grupo de animales muy especiales. Había una vaca llamada Lola, un cerdo llamado Pepe, una gallina llamada Carmela y un caballo llamado Pancho.

Todos vivían felices en su hogar, pero a veces sentían que algo les faltaba. Un día, mientras los animales estaban conversando bajo el árbol del patio de la granja, Lola dijo: "¡Qué aburrido es estar siempre aquí encerrados! Me gustaría poder explorar otros lugares".

Pepe el cerdo asintió y dijo: "Tienes razón, Lola. Sería genial poder ir más allá de los límites de esta granja".

Carmela la gallina se acercó y dijo con entusiasmo: "¿Y si nos escapamos por un rato? Podríamos ver qué hay más allá de estos muros". Todos los animales se miraron emocionados y decidieron poner su plan en acción esa misma noche. Esperaron pacientemente a que todos los humanos estuvieran dormidos para comenzar su aventura.

Cuando llegó la hora indicada, los cuatro amigos se reunieron junto al portón principal de la granja. Con mucho cuidado, empujaron el portón hasta que finalmente lograron abrirlo lo suficiente para pasar uno por uno.

Una vez fuera de la granja, los animales no podían contener su alegría. Saltaban y corrían por todas partes sin preocuparse por nada más que disfrutar de su libertad recién encontrada.

Pero al cabo de unos minutos, Pancho el caballo frenó en seco y miró hacia atrás con preocupación. "Chicos, creo que nos hemos perdido", dijo con voz temblorosa. Lola la vaca y Pepe el cerdo miraron a su alrededor y se dieron cuenta de que estaban en medio de un enorme campo desconocido.

Carmela la gallina comenzó a llorar y exclamó: "¡No quiero estar perdida! Quiero volver a casa". Los animales se abrazaron unos a otros para consolarse.

Pero justo cuando parecía que todo estaba perdido, escucharon una risa proveniente del otro lado del campo. Se acercaron curiosos y encontraron a un simpático conejo llamado Benito saltando entre las flores. Benito les preguntó qué hacían allí, y los animales le contaron sobre su deseo de libertad y cómo terminaron perdidos.

Benito sonrió y dijo: "No se preocupen, amigos. Yo vivo aquí en este campo y puedo ayudarlos a encontrar el camino de regreso a casa".

Entonces, Benito guió a Lola, Pepe, Carmela y Pancho por caminos ocultos hasta llegar nuevamente al portón principal de la granja "La Libertad". Los animales estaban felices de haber tenido esa aventura pero también muy contentos de estar seguros en su hogar.

Desde ese día, los animales aprendieron que la verdadera libertad no consiste solo en escapar sino en saber aprovecharla con responsabilidad. Ahora valoran más cada momento dentro de la granja "La Libertad" sabiendo que pueden disfrutarlo plenamente sin necesidad de salir corriendo.

Y así vivieron felices todos juntos bajo el sol radiante del patio mientras compartían sus historias y sueños de libertad. Porque, como bien decía Lola la vaca, "la verdadera libertad está en el corazón". Y eso es lo que ellos encontraron.

FIN.

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