La Gran Aventura en el Bosque
En un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque, vivía un joven llamado Moisés. A pesar de su corta edad, siempre había sido un líder nato y tenía un gran amor por la naturaleza y sus amigos. Un día, mientras exploraba el bosque, se encontró con un antiguo libro lleno de extrañas inscripciones.
"¿Qué será esto?" - se preguntó Moisés mientras pasaba las páginas llenas de símbolos.
De repente, una brillante luz apareció y de ella salió un sabio anciano.
"Hola, Moisés. Soy el Guardián del Bosque y he estado esperando a alguien con un corazón noble como el tuyo. Este libro contiene los Diez Mandamientos de la Amistad y el Respeto. Son normas que pueden salvar este bosque y todos sus habitantes." - explicó el anciano.
Moisés estaba muy emocionado.
"¿Mandamientos de la Amistad? ¿Qué son?" - preguntó con curiosidad.
El Guardián sonrió y comenzó a leer.
1. "Siempre sé amable con los demás."
2. "Escucha a tus amigos con atención."
3. "No dejes a nadie atrás."
4. "Ayuda a quien lo necesite."
5. "Comparte lo que tienes."
6. "Acepta las diferencias, todos somos únicos."
7. "Habla siempre la verdad."
8. "Perdona a quienes te lastiman."
9. "Cuida la naturaleza."
10. "Celebra los logros de los demás."
"¡Son maravillosos!" - exclamó Moisés. "¿Cómo puedo ayudar a difundirlos en el pueblo?"
"Debes demostrarlos en tu vida diaria y enseñar a los demás a hacer lo mismo. Pero cuidado, hay un monstruo en el bosque que se alimenta de la discordia y la desunión. Él hará lo posible por sabotear tu misión." - advirtió el Guardián.
Moisés asintió decidido.
"¡Haré lo que sea necesario para proteger a mis amigos y nuestro hogar!" - afirmó con valentía.
Al volver a su pueblo, Moisés se encontró con sus amigos jugándo en el parque. Se acercó a ellos.
"¡Chicos! ¿Quieren escuchar algo increíble?" - dijo Moisés emocionado.
"¿De qué se trata?" - preguntó su amiga Miriam.
"Encontré un libro que tiene consejos para ser mejores amigos y proteger nuestro bosque. ¡Se llaman los Diez Mandamientos de la Amistad!" - explicó.
Los amigos se miraron intrigados.
"¿Cuáles son?" - preguntó Lucas.
Moisés comenzó a compartir el primer mandamiento, y a medida que los iba contando, los amigos comenzaron a hablar y discutir sobre lo que significaban cada uno de ellos.
"¿No sería genial que todos en el pueblo conocieran estos mandamientos?" - sugirió Lía.
"¡Sí! Pero podría ser peligroso, el monstruo dice que le teme a la unidad. Si nos unimos, él podría intentar sabotearnos." - advirtió Moisés.
"Entonces, ¡tenemos que crear un plan!" - propuso Lucas.
El grupo decidió organizar un gran picnic en el parque del pueblo. Invitarían a todos, niños y adultos, y compartirían los Diez Mandamientos.
El día llegó y todos estaban disfrutando del picnic. Pero, justo cuando Moisés comenzó a hablar sobre los mandamientos, una sombra oscura se cernió sobre el lugar. Era el monstruo, un ser enorme con rasgos aterradores.
"¡No quiero escuchar sobre su amistad!" - rugió el monstruo. "¡No dejaré que sus risas traigan unidad a este bosque!"
Moisés y sus amigos se miraron aterrorizados, pero sabían que tenían que actuar.
"¡No podemos dejar que nuestro mensaje se detenga!" - gritó Moisés. "Chicos, recordemos los mandamientos!"
"¡Tenés razón!" - dijo Miriam. "¡Debemos ser amables y mostrarle que la unidad es más fuerte!"
Los amigos decidieron darle una oportunidad al monstruo. Se acercaron lentamente.
"Hola, monstruo. Ven a unirte a nosotros. Estamos compartiendo algo especial. ¿Te gustaría escuchar?" - le preguntó Lía.
El monstruo titubeó al ver la valentía y bondad en sus ojos.
"¿Por qué querría escuchar sobre la amistad?" - murmuró, un poco inseguro.
"Porque la verdadera fuerza viene de la unidad y la bondad. Cuanto más seamos, más felices seremos, y tú también podrías ser parte de eso." - respondió Moisés con sinceridad.
Al escuchar esas palabras, el monstruo se sintió conmovido.
"Quizás... nunca lo había pensado. Estoy cansado de vivir solo y causar problemas." - confesó con tristeza.
Los amigos sonrieron y le ofrecieron un lugar entre ellos. Esa invitación hizo que el monstruo se transformara; su aspecto aterrador pasó a ser uno amigable y curioso.
"¿Me pueden enseñar sobre la amistad?" - preguntó tímidamente.
"¡Por supuesto!" - exclamaron todos al unísono.
Así, durante el resto de la tarde, todos, incluidos los nuevos amigos, aprendieron los Diez Mandamientos de la Amistad. El bosque se llenó de risas y alegría. Moisés había demostrado que con valentía, bondad y unidad, podían superar cualquier obstáculo.
Desde entonces, el monstruo se convirtió en un guardián del bosque, asegurándose de que los mandamientos se mantuvieran vivos, y los habitantes del pueblo, felices y unidos.
"Gracias, Moisés, por darnos esta lección tan importante sobre la amistad y el respeto!" - dijeron todos.
Y así, Moisés siguió explorando el bosque, rodeado de amor y amistad, recordando siempre que lo más poderoso que uno puede tener es un corazón dispuesto a unirse con otros.
FIN.