La gran aventura en la era de los dinosaurios



. Desde pequeños, siempre estaban jugando con sus figuras de dinosaurios y soñando con viajar en el tiempo para conocer a estas criaturas prehistóricas.

Un día, mientras paseaban por el bosque cercano a su casa, encontraron un extraño portal que los llevó directamente al pasado, ¡a la época de los dinosaurios! - ¡Increíble! -exclamó Benicio emocionado al ver un enorme tiranosaurio rex caminando justo frente a ellos. - Tenemos que tener cuidado -advirtió Julieta-.

No sabemos qué peligros nos esperan aquí. Decidieron explorar la zona y descubrieron una manada de triceratops comiendo tranquilamente hojas de árboles cercanos. Con mucho cuidado se acercaron para observarlos mejor.

Pero cuando uno de los triceratops notó su presencia, comenzaron a correr hacia ellos. - ¡Rápido! -gritó Benicio-. Tenemos que escapar. Lograron correr lo suficientemente rápido como para alejarse del peligro y encontrar refugio detrás de unas rocas.

Allí se dieron cuenta de que habían perdido el camino hacia el portal y estaban completamente perdidos en esa época desconocida. - ¿Y ahora qué hacemos? -preguntó Julieta preocupada.

Benicio pensó por un momento antes de responder:- Tenemos que encontrar una forma de sobrevivir hasta encontrar el camino correcto para volver a casa. Así comenzaron una nueva aventura, esta vez no solo buscando dinosaurios sino también alimentos y agua potable. Encontraron frutas silvestres e incluso aprendieron a pescar en un pequeño arroyo.

Un día, mientras exploraban una cueva cercana, descubrieron huevos de dinosaurios. Al principio pensaron que sería emocionante ver a los bebés nacer, pero luego se dieron cuenta de que podrían estar en peligro si los padres dinosaurios los encontraban allí.

- Tenemos que proteger estos huevos -dijo Julieta-. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que nazcan sanos y salvos. Así pasaron varios días cuidando los huevos y protegiéndolos de cualquier posible amenaza.

Finalmente, llegó el momento del nacimiento y pudieron presenciar cómo las pequeñas crías salían del cascarón. - ¡Son tan lindos! -exclamó Benicio emocionado al verlos por primera vez. Pero su alegría no duró mucho tiempo. Pronto se dieron cuenta de que habían llamado la atención de un grupo de velociraptores hambrientos.

Con valentía, lograron distraer a los depredadores para permitir que las crías escaparan ilesas. Finalmente, después de muchas aventuras y desafíos superados juntos, Benicio y Julieta encontraron el camino correcto para regresar a casa.

Pero esta experiencia les enseñó algo muy importante: la importancia de trabajar juntos para sobrevivir ante cualquier situación difícil. Desde ese día en adelante, siguieron soñando con viajar al pasado y conocer más sobre el fascinante mundo prehistórico.

Pero ahora sabían que cualquier aventura es mejor vivida junto a alguien en quien puedan confiar plenamente.

FIN.

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