La Gran Batalla de los Colores
En un rincón soleado de la clase de arte, vivía un grupo de marcadores coloridos y una cartelera llena de dibujos. Sin embargo, no estaban solitarios. En la misma cartuchera se encontraban los lápices de colores, que siempre parecían tener una sonrisa en sus caras.
Un día, el profesor Pérez anunció un concurso de dibujo. "¡El ganador recibirá una hermosa medalla de oro!"- dijo emocionado. Los marcadores y los lápices de colores intercambiaron miradas desafiantes.
"¡Voy a ganar!"- exclamó Rojo, el marcador más audaz.
"No tan rápido, Rojo. ¡Nosotros podemos mezclar colores!"- respondió Amarillo, un lápiz de color que siempre se sentía subestimado.
Un gran debate comenzó entre ellos.
"Nosotros tenemos tinta brillante y trazos firmes que llamarán la atención"- añadió Azul, otro marcador confiado.
"Pero nosotros tenemos la suavidad y la gama de colores que pueden crear un verdadero arcoíris"- defendió Verde, uno de los lápices.
Y así, cada grupo comenzó a preparar sus trabajos. Los marcadores trazaron líneas audaces y colores vibrantes. Crearon un paisaje del fondo del mar: peces, corales y hasta un submarino.
Los lápices, por su parte, decidieron realizar un hermoso atardecer. Mezclaron sus colores de tal manera que cada uno parecía contar una historia diferente.
"¡Mirad!"- dijo Naranja, un lápiz emocionado. "Juntos somos más fuertes"- respondió Violeta, mientras usaba su punta para dibujar nubes.
El día del concurso llegó y todos en la clase estaban emocionados. Los dibujos fueron desvelados uno por uno. Cuando el profesor Pérez vio el submarino hecho con marcadores, los aplausos no se hicieron esperar. Luego, cuando llegó el turno del atardecer de lápices, los murmullos de admiración llenaron el aula.
Finalmente, el profesor Pérez se puso de pie. "¡Qué orgulloso estoy de todos ustedes! Cada dibujo tiene su propio brillo y belleza. Sin embargo, quiero que sepan algo muy importante..."-
"¿Qué es, profesor?"- preguntaron todos a coro.
"La verdadera magia no está en los colores. La verdadera magia surge cuando unimos nuestras fuerzas y creamos algo único juntos"- dijo.
Justo en ese momento, una idea iluminó la mente de Rojo, el marcador. "¿Por qué no combinamos nuestros talentos para crear juntos algo aún mejor?"-
"¡Eso sería increíble!"- gritó Amarillo.
Así, decidieron unir sus fuerzas y crear una obra conjunta. Se organizaron y trabajaron juntos, combinando líneas firmes y colores suaves, creando un mural que representaba el fondo del mar en un atardecer.
Cuando terminaron, todos quedaron boquiabiertos. "¡Es espectacular!"- dijo el profesor Pérez.
"No puedo creer que hayamos creado esto juntos"- comentó Verde, el lápiz.
"¡Nunca pensé que trabajar codo a codo con los lápices de colores sería una experiencia tan divertida!"- dijo Azul, el marcador, con una sonrisa de oreja a oreja.
Al final del día, todos celebraron sus esfuerzos, y aunque no hubo medalla de oro, aprendieron que la verdadera victoria está en la colaboración. Y así, los marcadores y los lápices decidieron seguir trabajando juntos, creando arte increíble cada día.
Y desde ese día, en la cartuchera, ya no hubieron divisiones. Se convirtieron en un gran equipo de colores, llenando sus días de alegría, risas y, sobre todo, mucho arte.
Y así, concluye la historia de cómo los marcadores y lápices de colores aprendieron a trabajar juntos.
FIN.