La Gran Batalla por San José Champañat
Había una vez un reino llamado San José Champañat, donde vivían muchos animales mágicos y fantásticos. Entre ellos se encontraba el dragón bautista, quien era muy valiente y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.
Un día, mientras paseaba por el bosque junto a su amigo Guille, escucharon unos fuertes rugidos que venían de la montaña cercana. Al acercarse para investigar, descubrieron al temible Valentino, un dinosaurio rex gigante que estaba causando estragos en el reino.
"¡Tenemos que hacer algo! ¡Valentino está atacando a todos los habitantes del reino!", exclamó Guille con preocupación. "Tienes razón, amigo. No podemos dejar que siga haciendo daño", respondió el dragón bautista con determinación.
Los dos amigos decidieron enfrentarse al dinosaurio rex para proteger a sus vecinos. La lucha fue dura y larga, pero finalmente lograron vencerlo gracias al coraje y habilidades de combate del dragón bautista y la astucia de Guille.
Al terminar la pelea, ambos estaban agotados pero felices por haber salvado al reino. Fue entonces cuando recordaron algo importante: habían prometido llevarle leche chocolatada a Abuela Ana esa tarde.
"Oh no ¡se nos hizo tarde! Tenemos que irnos ya si queremos llegar antes de que se haga de noche", dijo Guille preocupado. "Tranquilo amigo, todavía tenemos tiempo. Además creo tener una idea mejor", respondió el dragón bautista sonriendo. Juntos fueron hacia la casa de Abuela Ana y le contaron todo lo sucedido.
La anciana, muy agradecida por haber salvado el reino, les invitó a tomar leche chocolatada en su jardín. Allí estuvieron los tres disfrutando del rico sabor de la bebida mientras conversaban sobre las aventuras que habían vivido.
Fue una tarde inolvidable llena de emociones y enseñanzas. "Aprendimos que no importa cuán grande sea el problema, siempre podemos encontrar una solución si trabajamos juntos", dijo Guille con sabiduría.
"Exacto amigo, además debemos recordar que después de cada batalla siempre hay algo dulce esperándonos al final", concluyó el dragón bautista con una sonrisa en su rostro.
Así terminó esta historia donde dos amigos unieron sus fuerzas para salvar al reino San José Champañat y luego se relajaron tomando leche chocolatada junto a Abuela Ana. Una historia llena de valores como la amistad, el coraje y la colaboración.
FIN.