La Gran Búsqueda de los Patitos
Era una mañana soleada en el hermoso estanque de la granja. Los patitos, hermanos de colores amarillos y animals, despertaron felices y emocionados. Hoy sería un día especial, ya que habían decidido buscar la mayor felicidad que pudieran encontrar.
"¿Qué vamos a buscar, Patito Amarillo?" - preguntó Patito Verde, llenando su pequeño corazón de curiosidad.
"Vamos a buscar la felicidad, Patito Verde. ¡He oído que existe un lugar donde los patitos son los más felices del mundo!" - respondió Patito Amarillo, con ojos brillantes.
Patito Azul, que escuchaba la conversación, se unió:
"¿Y cómo se llega a ese lugar?"
"Se dice que hay que cruzar la pequeña colina y encontrar el Arroyo Cristalino" - dijo Patito Amarillo.
Patito Verde, emocionado, propuso:
"¡Vamos juntos! Nos ayudaremos entre todos. ¡Seremos más felices si estamos juntos!"
Los tres patitos se miraron y, al unísono, gritaron:
"¡Vamos a buscar la felicidad!"
Y así, comenzaron su aventura. Mientras caminaban, se encontraron con una ardilla juguetona.
"¿A dónde van, patitos?"
Los patitos respondieron al unísono:
"¡Vamos a buscar la felicidad!"
La ardilla, intrigada, decidió unirse a ellos.
"¡Yo también quiero encontrar ese lugar!"
La aventura continuó y juntos saltaron sobre piedras, chapotearon en charcos y disfrutaron del sol. Después de un rato, llegaron a la colina. Desde allí, podían ver el Arroyo Cristalino en la distancia.
"¡Miren, allá está!" - exclamó Patito Azul, saltando de alegría.
Pero, cuando intentaron bajar por la colina, se dieron cuenta de que había una empinada ladera llena de espinas.
"¡Ay no! No puedo pasar por ahí!" - se quejó Patito Verde.
"No se preocupen, amigos. Lo haremos juntos" - dijo la ardilla, llena de valentía.
"¡Sí! Si nos ayudamos todos, podemos lograrlo!" - añadió Patito Amarillo.
Con mucho cuidado, los cuatro amigos planearon cómo bajar. La ardilla guió a los patitos y, lentamente, fueron descendiendo, trabajando en equipo.
Finalmente, tras un gran esfuerzo, ¡lo lograron!"¡Estamos casi allí!" - gritó Patito Azul mientras todos se reían de la emoción.
Pero al llegar al arroyo, se encontraron con una escena inesperada. El agua no era cristalina como imaginaban; estaba turbia y llena de hojas.
"¿Este es el Arroyo Cristalino? ¡No parece tan feliz!" - lamentó Patito Verde.
"Quizás la felicidad no sea un lugar, sino lo que hacemos mientras estamos juntos" - reflexionó la ardilla.
Los patitos comenzaron a charlar y compartieron sus ideas sobre la felicidad.
"Tal vez deberíamos limpiar el arroyo. Así será más bonito y será nuestra felicidad" - propuso Patito Amarillo.
"¡Sí! Y luego podemos jugar en el agua juntos!" - agregó Patito Azul.
Así que se pusieron manos a la obra. Juntos, recogieron hojas y barro, y poco a poco el arroyo comenzó a verse más claro. Rieron, jugaron y saltaron mientras trabajaban, disfrutando del momento.
Después de un rato, el arroyo estaba limpio y el agua brillaba bajo el sol.
"¡Miren lo que hicimos juntos!" - exclamó Patito Verde, mientras todos se lanzaban al agua.
"¡Por fin encontramos la felicidad!" - gritaron al unísono, chapoteando y riendo.
Aprendieron que la verdadera felicidad no se encuentra en un lugar lejano, sino en la compañía de buenos amigos y en lo que se logra juntos. Aquella tarde, mientras el sol se ponía, los patitos y la ardilla se prometieron seguir buscando aventuras juntos. Jugaron en su arroyo limpio, creando recuerdos que atesorarían para siempre.
Y así, los patitos volvieron a la granja, llenos de alegría y con una hermosa lección aprendida:
La felicidad se encuentra en el camino, en la amistad y en el amor que compartimos en cada aventura.
FIN.