La Gran Búsqueda de Oddie



Era un día soleado en la casa de Sophy. Ella estaba emocionada porque había planeado jugar con su perrito Oddie todo el día. Pero cuando fue a buscarlo, se dio cuenta de que Oddie no estaba en el jardín, ni en su cama, ni en la cocina. –"¡Oddie!" –llamó Sophy, pero no hubo respuesta.

Sophy decidió que tenía que buscar a su querido amiguito. Primero revisó el living. La televisión estaba encendida, pero Oddie no estaba por ningún lado. –"¿Dónde estás, Oddie?" –se preguntó mientras movía los cojines del sofá.

Sin encontrar a Oddie, Sophy decidió investigar su habitación. Rápidamente, abrió la puerta y miró alrededor. –"Quizás Oddie se escondió entre mis juguetes" –pensó, comenzando a sacar los peluches uno por uno.

Mientras buscaba, cada juguete que encontraba le recordaba divertidas aventuras que había tenido con Oddie. –"Recuerdas cuando jugamos a la pelota, Oddie?" –susurró mientras acariciaba un viejo dinosaurio de peluche. Pero Oddie seguía sin aparecer.

Sophy no se dio por vencida.

"Quizás está en el armario..." –murmuró y se dirigió hacia ahí. Pero al abrir la puerta, solo encontró ropa colgada y varios zapatos apilados. –"Nada aquí tampoco."

Salió de su habitación un poco desanimada, pero decidió que no iba a rendirse. –"Tengo que pensar como Oddie", se dijo.

Entonces, recordó que a Oddie le encantaba jugar al escondite. –"Puede que esté escondido en un lugar divertido", pensó.

Comenzó a buscar en otros lugares de la casa. Primero fue al baño, donde la ventana estaba entreabierta y el sol iluminaba la habitación. –"¿Oddie?" –llamó. Pero no había rastro de su amigo. Luego bajó al sótano, un lugar que siempre le daba un poco de miedo. –"¡Oddie, si estás aquí, salí! No hay nada de qué preocuparse!" –gritó, intentando sonar valiente.

Mientras exploraba el sótano, vio un reflejo extraño. Cuando se acercó, encontró una pequeña puerta detrás de unas cajas. –"¿Qué será esto?" –preguntó sorprendida. Con un empujoncito, abrió la puerta y se adentró en un pasillo oscuro.

Al fondo, oyó un suave ladrido. –"¡Oddie!" –exclamó, y su corazón dio un vuelco de alegría. Corrió hacia el sonido.

Entonces, cuando llegó al final del pasillo, encontró un pequeño cuarto lleno de luces y colores. Y ahí, en medio de todo, estaba Oddie, moviendo la cola y muy feliz de ver a Sophy. Ladró emocionado al verla.

"¡Oddie!" –gritó Sophy, lanzándose a abrazarlo. –"¿Cómo llegaste aquí?"

Pero Oddie solo movía su cola, como si supiera que todo estaba bien de nuevo.

Sophy se dio cuenta de que había encontrado un lugar especial en su casa, un pequeño cuarto que no había visto antes. –"¡Qué lindo lugar! De ahora en más, aquí será nuestro escondite secreto," –dijo riendo.

Desde ese día, Sophy y Oddie jugaron en su nuevo escondite, creando un espacio donde podían disfrutar de su amistad. Y cada vez que alguien le preguntaba a Oddie dónde había estado, él solo movía la cola, como si guardara el secreto de su aventura.

Y así, Sophy aprendió que incluso cuando las cosas parecen complicadas, siempre vale la pena seguir buscando, porque a veces, lo que se encuentra puede ser aún mejor de lo que se imagina.

FIN.

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