La Gran Búsqueda en la Isla del Mar


Había una vez una hermosa isla en medio del océano, donde vivían diferentes personajes: el Mar, la Persona, el Voley y la Reposera. Cada uno de ellos tenía su propia personalidad y habilidades especiales.

El Mar era un ser tranquilo y amigable, siempre dispuesto a ayudar a los demás. La Persona era curiosa y aventurera, le encantaba explorar nuevos lugares. El Voley era muy deportista y siempre estaba listo para jugar un emocionante partido en la playa.

Y la Reposera era relajada y disfrutaba de tomar el sol. Un día soleado, la Persona decidió ir a visitar a sus amigos en la isla. Llegó nadando hasta allí, con una sonrisa en su rostro.

Al ver al Mar, le preguntó:-¡Hola Mar! ¿Qué novedades hay por aquí? El Mar respondió con calma:-Hola Persona, bienvenido a mi hogar. Hoy tenemos una sorpresa especial para ti.

La Persona se emocionó mucho y siguió al Mar hacia la orilla de la playa. Allí encontraron al Voley preparando todo para un partido. -¡Hola Voley! -saludó entusiasmada-.

¿Qué estás haciendo? El Voley levantó su pelota de voleibol y dijo:-Hola Persona, estoy organizando un partido de voleibol en honor a tu visita. ¿Te gustaría jugar conmigo? La Persona aceptó felizmente y comenzaron el juego entre risas y diversión. Pero mientras jugaban, notaron que algo faltaba... -¿Dónde está nuestra amiga Reposera? -preguntaron preocupados.

Decidieron buscarla por toda la isla, pero no había rastro de ella. La Persona se angustió y pensó en cómo podrían encontrarla. -¡Tal vez el Mar pueda ayudarnos! -exclamó la Persona con esperanza. Se acercaron al Mar y le contaron lo sucedido.

El Mar escuchó atentamente y dijo:-No te preocupes, Persona. Haré todo lo posible para ayudarte a encontrar a Reposera. El Mar utilizó su fuerza para elevarse y observar desde arriba la isla.

Encontró un destello brillante entre las palmeras y señaló hacia allí. -¡Miren! Creo que he encontrado a Reposera -anunció emocionado el Mar. La Persona, el Voley y el Mar corrieron hacia donde indicaba el brillo.

Y allí encontraron a Reposera atrapada enredada entre las ramas de una palmera alta. -¡Oh no! ¡Ayúdenme, por favor! -gritaba Reposera asustada. El Voley usó sus habilidades deportivas para trepar rápidamente hasta alcanzar a Reposera.

Con mucho cuidado, la liberaron de las ramas y la llevaron de vuelta a tierra firme, donde todos se abrazaron aliviados. -Reposera, ¿estás bien? -preguntó preocupada la Persona. Reposera sonrió radiante y respondió:-Sí, gracias a ustedes estoy bien. Me alegra tener amigos tan valientes como ustedes.

Después de ese incidente, los cuatro amigos regresaron a la playa donde continuaron jugando voleibol durante horas. Aprendieron que trabajar juntos era la clave para solucionar problemas y que siempre podían contar el uno con el otro.

Desde ese día, la isla se llenó de risas y alegría. El Mar, la Persona, el Voley y Reposera formaron un equipo inseparable, dispuestos a enfrentar cualquier aventura juntos. Y así, en esa hermosa isla del océano, vivieron felices para siempre. Fin.

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