La Gran Carrera de Amigos
Era un día soleado en el autódromo de Buenos Aires, donde se llevaría a cabo una carrera muy especial.
En la línea de salida estaban Trevor, el famoso criminal de Los Santos y el Sapo Pepe, la popular rana cantante. Pero no eran los únicos participantes. En la pista también había una papa con ruedas que parecía lista para competir y Shrek, el ogro verde más amigable del mundo.
Todos ellos estaban emocionados por correr en este evento tan importante. "¡Vamos, Trevor! ¡Tú puedes hacerlo!", gritó Michael desde las gradas mientras observaba toda la acción. La carrera empezó y todos los competidores salieron disparados hacia la primera curva.
La papa iba adelante seguida por Shrek, pero Trevor y el Sapo Pepe no se quedaron atrás. Con sus habilidades al volante demostraron que eran fuertes contendientes para ganar. "¡Mira esa papa ir rápido!", exclamó Donkey mientras animaba a su amigo Shrek.
Pero algo extraño estaba pasando con la papa: parecía estar perdiendo velocidad lentamente y comenzaba a tambalearse peligrosamente en cada curva que tomaba. A pesar de esto, seguía adelante sin importarle nada más que ganar.
"¿Qué le pasa a esa papa? Parece que va a explotar", comentó Franklin mirando preocupado desde las gradas. De repente, Rayo Mc Queen apareció en escena para ayudar a sus amigos en apuros.
Él sabía exactamente lo que estaba pasando con la papa: había sido manipulada para aumentar su tamaño y velocidad, pero no había sido diseñada para soportar la presión y estaba a punto de explotar.
"¡No te preocupes, amigos! ¡Yo sé cómo salvar el día!", exclamó Rayo Mc Queen mientras se acercaba a la papa. Con su habilidad como mecánico, Rayo ajustó los engranajes de la papa y logró que resistiera hasta el final de la carrera.
La multitud enloqueció cuando vieron que Trevor cruzaba primero la línea de meta seguido por Shrek y el Sapo Pepe en segundo y tercer lugar respectivamente. La papa llegó última, pero aún así recibió una ovación por haber luchado con coraje hasta el final.
"¡Fue una carrera espectacular! ¡Todos son ganadores hoy!", anunció Mater desde su puesto como comentador. La moraleja de esta historia es que aunque todos queremos ganar, lo más importante es dar nuestro mejor esfuerzo sin importar cuál sea el resultado.
Además, nunca debemos subestimar las habilidades y capacidades de los demás. Y siempre podemos contar con nuestros amigos para ayudarnos en momentos difíciles.
FIN.